Atenas, 9 dic (EFE).- El Gobierno griego ha llevado de vuelta a Atenas a miles de migrantes bloqueados en la frontera con Macedonia para reabrir la circulación ferroviaria, si bien Grecia está lejos de resolver este problema, ya que los botes siguen llegando a sus islas y el mar continúa cobrándose vidas.

A primera hora de la mañana, unos 400 agentes antidisturbios procedieron de forma pacífica a desalojar a unos 2.000 migrantes, en su mayoría procedentes de Pakistán, Marruecos e Irán, a los que el Gobierno de la Antigua República Yugoslava de Macedonia cerró el paso el 20 de noviembre.

Entonces, muchos de ellos decidieron acampar alrededor de las vías de ferrocarril que unen ambos países en señal de protesta, lo que provocó la interrupción de todos los trenes que transportan personas y mercancías entre los dos países.

La mayoría de desalojados fueron trasladados en 29 autobuses hasta los centros de acogida de la capital griega y la circulación de convoyes se restableció pocas horas después, según confirmó la empresa helena de ferrocarriles, que aseguró que las pérdidas por estos días de inactividad ascienden a 1,2 millones de euros.

Otros refugiados fueron trasladados en tren hasta los recintos de Salónica, la segunda ciudad del país.

El ministro griego de Migración, Yanis Muzalas, afirmó ayer que el Gobierno no quería un "derramamiento de sangre" por un desalojo forzoso en Idomeni, la pequeña localidad griega cercana a la frontera, pero que el bloqueo de las vías debía terminar.

La operación se ha llevado a cabo sin violencia, aunque la Policía no ha permitido la presencia de periodistas y fotógrafos ni tampoco de miembros de organizaciones humanitarias, con excepción de un representante de ACNUR.

La presión por las pérdidas económicas que generaba no poder dar salida hacia Europa a las mercancías que llegaban desde el puerto de El Pireo, en Atenas, y las quejas de los vecinos de Idomeni llevaron al Ejecutivo a emprender esta acción.

Hace algunos días, el Gobierno ya puso a disposición de los migrantes varios autobuses para facilitarles su regreso a los centros de la capital.

En la frontera, donde las temperaturas llegan a ser muy bajas durante la noche, apenas disponen de un campamento de tránsito en zona neutral, donde carecen de las condiciones básicas de higiene y descanso y dependen de la ayuda de las organizaciones humanitarias.

La decisión de Macedonia, que siguió a la de Serbia, Eslovenia y Croacia, de no dejar entrar en su territorio a aquellos que no procediesen de Siria, Afganistán o Irak sumió a muchas personas en la desesperación.

Un grupo de iraníes incluso llegó a coserse la boca con nailon y se declaró en huelga de hambre.

Estos episodios se sumaron a los enfrentamientos con la Policía para exigir poder cruzar la frontera, el lanzamiento de piedras contra sirios, afganos e iraquíes a los que consideraban privilegiados y a los intentos de saltar la valla erigida en tiempo récord por Macedonia, que se cobraron la vida de un joven marroquí debido a una descarga eléctrica.

El alcalde de Atenas, Yorgos Kaminis, mostró su preocupación por el futuro de las personas realojados y afirmó que no permitirá que se repita la imagen de hacinamiento en la plaza de Victoria, donde muchos de ellos acamparon a la espera de poder continuar hacia el centro y norte de Europa.

Muzalas respondió que este problema se solucionó con el traslado a los centros de acogida, pero recalcó que no se les puede prohibir que vayan donde quieran.

Las personas que se queden en Atenas tendrán la opción de pedir asilo político en Grecia, pero los que no sean considerados refugiados deberán volver a sus países de origen a través del programa de retorno voluntario o por decisión de las autoridades.

Otro de los frentes con los que debe lidiar Grecia se encuentra en las islas del mar Egeo más próximas a Turquía, que siguen recibiendo botes a diario.

Hoy se ha producido un nuevo naufragio ante las costas de Farmakonisi en que han muerto al menos 12 personas, seis niños, cuatro hombres y dos mujeres, mientras otras 12 continúan desaparecidas, según confirmó la Guardia Costera.

Un día más desembarcaron en El Pireo más de 1.000 personas provenientes de las islas.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de año Grecia ha recibido el mayor número de refugiados y migrantes que han llegado por mar a Europa, más de 700.000 personas.