Berlín, 13 abr (EFE).- El presidente alemán, Joachim Gauck, dijo que el escritor Günter Grass, fallecido hoy, había reflejado en su obra los sueños, los errores y los miedos de varias generaciones de alemanes.
«En sus novelas y cuentos y en su poesía se encuentran reflejados los errores, los miedos y los sueños de generaciones enteras», dijo Gauck en un mensaje de condolencia a la familia.
«Su obra es un impresionante espejo de nuestro país y parte importante de su herencia literaria y artística», agregó Gauck.
El presidente del parlamento alemán, Norbert Lammert, por su parte, destacó que con la muerte de Grass Alemania no pierde solo a uno de sus escritores más significativos sino también a un ciudadano comprometido siempre dispuesto a tomar partido en controversias políticas.
«El no huía de ninguna controversia por dura que fuera. Por el contrario, buscaba la polémica porque la consideraba necesaria. Eso hizo de él una instancia en el debate político que a ratos incordiaba», dijo Lammert.
El ministro de Economía y vicecanciller, Sigmar Gabriel, dijo, por su parte, que con la muerte de Grass se perdía a uno de los escritores más importantes de la postguerra y a un luchador por la paz y la democracia.
«Sin su voz pidiendo más tolerancia, sin su voluntad de entrometerse nuestro país sería más pobre», dijo Gabriel, también presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), agrupación en la que Grass militó durante parte de su vida.
Grass, para Gabriel, fue la figura representativa de la vinculación entre el SPD y los intelectuales desde la década de los 60.
El ministro de Exteriores, Franck-Walter Steinmeier, se declaró «profundamente conmocionado» por la muerte de Grass. y la ministra de Estado para la Cultura, Monika Grütters, le puso «a la misma altura de Goethe».
«Günter Grass fue un escritor universal. Su legado literario está al lado del que dejó Goethe», dijo Grütters.
Además, lo calificó de ensayista y, sobre todo, de gran narrador de la historia alemana reciente que «con todas sus grietas era también su historia» para la que encontró una interpretación que para algunos era «difícil de soportar».