Ankara, 10 may (EFE).- El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, afirmó hoy que su país "no recibirá ordenes de nadie", en un momento de tensiones entre Ankara y Bruselas por el acuerdo de acogida de refugiados y las exigencias europeas para levantar el régimen de visados para los turcos.
"Nos pusieron 72 criterios (para eliminar los visados). Ahora quedan cinco y uno de ellos es terrible, se trata de cambiar la ley antiterrorista. ¿Desde cuándo se ha visto que Turquía recibe órdenes? Eso no va a suceder", señaló Erdogan en Ankara un discurso ante un grupo de empresarios turcos.
Volvió a recriminar a Bruselas que haya permitido (en marzo) la colocación de "tiendas terroristas", en referencia a carpas informativas del movimiento izquierdista kurdo, cercano a la guerrilla del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Erdogan recordó, además, que la abolición del visado no es un asunto reciente sino que lleva años negociándose, y que el compromiso de la Unión Europea (UE) era, desde hace tiempo, que la medida iba a ser efectiva en octubre de 2016, si bien en los últimos meses se ha intentado adelantar a junio.
"Espero que cumplan con su palabra de antes y que este asunto se concluya como muy tarde en octubre", dijo el presidente turco.
Por otra parte, Erdogan exigió de la Unión Europea que sea "más justa" con su país.
"Nos dijeron que nos iban a dar 3.000 millones de euros por los refugiados. No nos han dado nada. Vienen a ver los campamentos (para refugiados) pero nos piden que les mandemos proyectos. ¿Nos están tomando el pelo? No se mandarán proyectos. Nosotros ya hemos levantado estos campamentos", aseveró.
"Es como si te burlas de la generosidad de una nación. No vamos a permitir que lo hagan con nosotros", concluyó Erdogan.
Turquía y la UE han acordado en un polémico pacto la devolución de refugiados e inmigrantes de cinco islas griegas a Turquía y el envío de la misma cantidad de sirios a Europa de forma ordenada.
A cambio, Turquía debe recibir al menos 3.000 millones de euros, que debe invertir en la asistencia de los más de 2,5 millones de refugiados, la gran mayoría sirios, que ya alberga.