París, 27 abr (EFE).- El yihadista Salah Abdeslam, considerado el único superviviente del comando que perpetró los atentados de París del pasado 13 de noviembre, quedó hoy en manos de la Justicia francesa tras haber sido trasladado desde Bélgica y fue imputado por las autoridades judiciales galas por terrorismo.

Pieza clave en la investigación de esos ataques que provocaron 130 muertes y más de tres centenares de heridos, en los que actuó como presunto responsable logístico, Abdeslam llegó a territorio galo a primera hora de la mañana y a continuación fue presentado ante un juez de instrucción.

La Fiscalía del Tribunal de Gran Instancia de París indicó en un comunicado que está inculpado por asesinato y tentativa de asesinato en banda organizada, tentativa de asesinato de personas depositarias de la autoridad pública, secuestro y posesión de explosivos y de armas, todo ello con "carácter terrorista".

Nacido en Bélgica hace 26 años pero de nacionalidad francesa, el sospechoso se había convertido en el hombre más buscado de Europa antes de su arresto el pasado 18 de marzo en el distrito bruselense de Molenbeek, visto como un feudo yihadista por la presencia en el mismo de numerosos islamistas radicales.

Abdeslam había sido inculpado ya en Bélgica de "asesinatos terroristas y participación en las actividades de un grupo terrorista" en relación con los ataques del 13-N, y por intento de asesinato en el marco de un tiroteo ocurrido el pasado 15 de marzo en Bruselas, donde varios policías resultaron heridos.

Las autoridades francesas querían tenerle cuanto antes bajo su jurisdicción para que la investigación avance respecto a las responsabilidades de los atentados. Su traslado hoy a París desde la prisión belga de Beveren se produjo en helicóptero y escoltado por el GIGN, unidad de elite de la Gendarmería gala.

El ministro francés de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, garantizó hoy que será encarcelado "con las máximas medidas de seguridad", aislado del resto de reclusos y vigilado por un equipo especial experimentado en la custodia de detenidos peligrosos.

El centro elegido es la cárcel de Fleury-Mérogis, la más grande de Europa y a 30 kilómetros al sur de París, donde, según los medios franceses, se contempla la instalación de cámaras en su celda.

Abdeslam está defendido en Francia por Frank Berton, conocido por haber llevado algunos de los casos más polémicos del país, y que constituirá un equipo junto con el abogado belga Sven Mary y un segundo letrado francés cuyo nombre no se ha difundido.

Su cliente, según dijo hoy Berton a la prensa, pide que se le juzgue "por lo que hizo, no por lo que no hizo", tiene "voluntad de colaborar con la Justicia francesa" y explicará desde cómo se radicalizó hasta cómo se prepararon los ataques.

Berton añadió a la salida del Palacio de Justicia parisino que Abdeslam se expresará "ulteriormente" y será interrogado "a partir del 20 de mayo" sobre el fondo del caso.

El abogado de una treintena de familias de víctimas de los atentados, Jean Reinhart, confió en que el joven hable, pese a subrayar que "no cree en milagros ni para nada en una cooperación inmediata".

En su primer interrogatorio, Abdeslam, que logró estar cuatro meses huido y escapó a varios cercos policiales, había intentado minimizar su papel en los atentados, en los que también participó su hermano Brahim, que se inmoló.

Él aseguró que también debía hacerse estallar con un cinturón de explosivos, pero que dio marcha atrás.

De momento se sabe, entre otros datos, que alquiló el coche con el que los asaltantes de la Bataclan llegaron a la sala de conciertos parisina, o que llevó a los terroristas al Estado de Francia, en la periférica Saint Denis.

Su abogado belga ha afirmado que es "un pequeño imbécil con la inteligencia de un cenicero vacío. El ejemplo perfecto de la generación 'Grand Theft Auto', que cree que vive en un vídeo juego", pero los medios galos apuntan a que tras esas críticas se esconde solo una estrategia de defensa.