Ginebra, 14 feb (EFE).- El suministro de agua se restablecerá en todos los barrios de Alepo de forma regular en diez días, según anunció hoy Unicef que, junto a otros organismos, seguirá distribuyendo el elemento a más de un millón de personas diariamente, hasta que el sistema esté totalmente reparado.

"Gracias a trabajos de reparación del servicio municipal", la escasez de agua que afectó durante un mes a 1,8 millones de personas, 500.000 de ellas niños, se resuelve "lentamente", aseguró el portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Christophe Boulierac.

"Es una buena noticia", dijo la fuente, quien recordó que los menores son "los más vulnerables a enfermedades transmitidas por el agua".

Dicho esto, afirmó que por ahora "no se han registrado brotes de epidemias".

El agua dejó de fluir en la ciudad después de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) saboteara a mediados de enero la estación de bombeo Al Jafsa, que abastece a la localidad.

A día de hoy, los pozos de los barrios orientales de Alepo no son seguros, según Unicef, que recordó que la única fuente potable son los camiones humanitarios.

Mientras se repara el servicio municipal de suministro, Unicef, la Cruz Roja y la Media Luna Roja distribuirán 10 millones de litros diarios a familias vulnerables y a 144 escuelas, 34 de las cuales se encuentran en el este de Alepo.

Además, la agencia de Naciones Unidas y las otras organizaciones humanitarias suministran equipos y materiales para la depuración del agua.

El portavoz de Unicef añadió que en la mitad oriental de la localidad han reabierto 34 escuelas que cuentan con 15.000 estudiantes pero que ante la escasez de agua, los niños no han podido hacer vida normal.

Los menores se ven obligados a ayudar a sus familias y se ven forzados a hacer cola en los pozos y en los puntos de suministro "en vez de asistir a la escuela o disfrutar de su tiempo libre".

Por otro lado, el representante de Unicef aseguró que "la situación de seguridad es aún preocupante" en la ciudad, antiguo bastión de los opositores al régimen de Bachar al Asad y que el Ejercito sirio retomó a finales de diciembre.

Asimismo, el portavoz de la organización denunció que las minas terrestres y las municiones sin estallar que permanecen enterradas en la ciudad "ponen en riesgo la vida de los niños", y recordó que en diciembre seis de ellos fallecieron al jugar con uno de estos dispositivos que no había no explotado.

Por ello, Unicef proporciona desde noviembre cursos de prevención dirigidos a 80.000 niños para formar a los más pequeños de Alepo sobre los peligros de estas armas.