Nairobi, 10 abr (EFE).- El jefe de Estado de Yibuti, Ismail Omar Guelleh, que dirige el pequeño país del Cuerno de África desde 1999, ganó las elecciones presidenciales de este viernes, informó hoy el ministro del Interior, Moumin Ahmed Cheick.
Según los resultados provisionales, Guelleh obtuvo el 98,58 % de los votos (167.535), mientras su rival, el empresario Zakaria Ismail Farah, sólo logró el 1,42 % de los sufragios (menos de 3.000).
"Los resultados definitivos serán proclamados por el Tribunal Constitucional", declaró Cheick a la radiotelevisión estatal RTD.
Guelleh obtiene así un quinto mandato de cinco años tras vencer en unos comicios a los que estaban llamados a las urnas unos 215.000 electores -de los 990.000 habitantes de Yibuti- y que fueron boicoteados por la oposición tradicional.
"¡Gracias por su confianza, gracias por Yibuti! ¡Continuemos juntos!", afirmó el mandatario, de 73 años, en su cuenta de la red social Twitter.
Dada la ausencia de la oposición, que sostiene que los comicios no serían ni libres ni transparentes, el gobernante se enfrentó a un único adversario en la carrera presidencial: Zakaria Ismail Farah, de 56 años y un desconocido para el gran público.
Farah, dedicado a la importación de productos de limpieza y que se postula por el Movimiento para el Desarrollo y el Equilibrio de la Nación Yibutí (MDEND, en sus siglas en francés), era considerado por los analistas como un rival sin opciones de vencer a un líder que lleva más de veinte años en el poder.
Guelleh, jefe de la Concentración Popular por el Progreso (RPP, en sus siglas en francés), partido que domina la política nacional desde 1979, cerró este miércoles la campaña electoral con un multitudinario mitin en el Estadio Gouled de la ciudad de Yibuti.
"Un país se construye piedra a piedra, las elecciones de hoy harán nuestro mañana", dijo el presidente, conocido por sus siglas IOG, en un discurso dirigido especialmente a la juventud, porque "es a ella a quien beneficiarán todas nuestras acciones".
Farah, que cree que "ya es hora de reaccionar" contra el jefe del Estado y se presenta como "abanderado de los pobres yibutíes", celebró mítines modestos en la campaña, aunque no desarrolló ninguno en la última semana debido, según él, a la falta de seguridad.
El quinto mandato de Guelleh debería ser el último, según una reforma constitucional de 2010 que eliminó los límites de mandato y estipuló un límite de edad de 75 años, lo que le excluiría de futuras elecciones.
Varias misiones de observadores internacionales, como las de la Unión Africana (UA) o la Liga Árabe, supervisaron los comicios.
Yibuti es un país situado estratégicamente en una de las rutas comerciales más transitadas del mundo, en el acceso al mar Rojo desde el océano Índico, y en el cruce de caminos entre África y la península arábiga, a poca distancia de Yemen.
Bajo el mando de Guelleh, segundo presidente del país tras suceder a su tío Hassan Gouled Aptidon (que gobernó desde 1977, cuando Yibuti se independizó de Francia, hasta 1999), esta nación ha aprovechado esa ventaja geográfica para invertir en puertos e infraestructura logística.
Además, la estabilidad de Yibuti, en una región a menudo sacudida por conflictos, ha atraído a potencias como Francia, Estados Unidos y China, que han establecido allí bases militares que suponen una importante fuente de ingresos para la economía yibutí.
Pese a ese avance económico, alrededor del 20 % de la población (formada, en su mayoría, por dos grupos étnicos: somalís y afar) vive en la pobreza, según datos del Banco Mundial (BM)
El despegue de la economía también ha ido acompañado de una represión de la disidencia y un recorte de la libertad de prensa, según denuncian organizaciones pro derechos humanos.