Ciudad del Vaticano, 24 may (EFE).- El gran imán de la universidad de El Cairo Al Azhar, Ahmed Al Tayeb, que ayer se reunió con el papa, ha pedido al mundo que se "una y cierre filas" contra el terrorismo, que "no tiene nada que ver con el islam", aclaró.

"Vengo de Oriente Medio, donde vivo y sufro, junto con los demás, las consecuencias de los ríos de sangre y de cadáveres y no existe una causa lógica para esta catástrofe que vivimos día y noche", lamentó en una entrevista difundida hoy por la Santa Sede.

Al Tayeb, que el lunes visitó por primera vez el Vaticano, pidió "al mundo entero que se una y cierre filas para enfrentarse al terrorismo y acabar con él".

"Creo que si el fenómeno del terrorismo se descuida, no pagarán el precio solo los orientales, sino que tanto los orientales como los occidentales, como hemos visto, sufrirán las consecuencias", refirió.

Y añadió: "Este es mi llamamiento al mundo y a los hombres libres del mundo: Poneos de acuerdo inmediatamente e intervenid para acabar con la riada de sangre".

El gran imán subrayó que el islam "no tiene nada que ver" con el terrorismo y que aquellos que matan a los cristianos y a los musulmanes de Oriente "no han entendido los textos" de dicha religión, "ya sea intencionalmente o por negligencia".

"La cuestión no debe presentarse como una persecución contra los cristianos en Oriente; al contrario, hay más víctimas musulmanas que cristianas", sostuvo.

Y continuó: "No podemos culpar a las religiones a causa de las desviaciones de algunos de sus seguidores, ya que en todas las religiones hay una facción desviada que ha levantado el estandarte de la religión para matar en su nombre".

En cuanto a su opinión sobre el pontífice argentino, señaló que "es un hombre de paz, un hombre que sigue las enseñanzas del cristianismo, que es una religión de amor y de paz".

"Siguiendo a Su Santidad hemos visto que es un hombre que respeta a las demás religiones y muestra consideración por sus seguidores; es también un hombre que dedica su vida a servir a los pobres y los míseros, y que asume la responsabilidad de las personas", dijo.

El líder suní expresó su deseo de conocerle "para trabajar juntos en pro de la humanidad" y de emprender "el camino del diálogo", después de que en 2011 este centro de pensamiento islámico suspendiera sus relaciones con la Santa Sede.

Fue como protesta por las declaraciones del papa Benedicto XVI sobre la necesidad de proteger a los cristianos en Egipto y Oriente Medio, pronunciadas después del ataque a la catedral copta en Alejandría, y que ya eran difíciles después del discurso de Ratzinger en 2006 sobre el islam en la universidad de Ratisbona.