Kabul, 12 jul (EFE)- El Gobierno afgano calificó hoy de "golpe irreversible" la muerte en un bombardeo estadounidense del supuesto jefe del Estado Islámico (EI) en Afganistán y Pakistán, Hafez Sayeed, porque "sin sus líderes estos grupos tienen pocas posibilidades de sobrevivir".
"Era una prioridad para nosotros atacar a los líderes del Daesh (el acrónimo del EI en árabe), porque sin sus líderes estos grupos tiene pocas posibilidades de sobrevivir. (...) Es un golpe irreversible", afirmó a Efe el portavoz de los servicios secretos afganos (NDS), Sediq Sesiqi.
El NDS informó ayer de la muerte de Hafez Sayeed, "líder del EI en el autodenominado estado de Khurassan" (territorio histórico que abarca parte de Afganistán, Pakistán, Irán y otras naciones centro asiáticas como Tayikistán), en la provincia norteña de Nangarhar.
Este es el segundo gran golpe contra el EI esta semana en el país asiático, después de que el lunes otro bombardeo estadounidense en en Nangarhar matara al supuesto jefe adjunto del grupo yihadista en Afganistán y Pakistán, Gul Zaman.
Estas bajas dentro de la cúpula del EI en Afganistán se suman a la muerte, el pasado febrero, en la provincia meridional de Helmand del supuesto gobernador adjunto del EI para el sur de Asia, Abdul Rauf Khadim.
"Estas personas lideraban las operaciones militares, así que al matarlas el poder operacional del grupo ha disminuido", explicó el portavoz de los servicios secretos.
En las últimas semanas decenas de insurgentes murieron o fueron heridos en choques armados entre los talibanes y el EI por el control de varias áreas de la provincia de Nangarhar, a lo que se han sumado las operaciones lanzadas por las fuerzas de seguridad.
"En Nangarhar el grupo terrorista estaba lentamente pasando de la fase de reclutamiento a la operacional, pero el Gobierno ha conseguido desmantelarlo", señaló a Efe Zabihullah Zamarai, un miembro influyente del Ejecutivo regional.
Zamarai recordó que el EI se había ido tornando cada vez más violento y estaban forzando a la población local a "prácticas bárbaras" como mantener a sus mujeres encerradas o "a casar a sus hijas solteras si no querían que las entregaran a los insurgentes".
El aumento de la presencia del Estado Islámico en Afganistán se produce en un momento de tibio acercamiento entre los talibanes y el Gobierno del presidente afgano Ashraf Gani.
El pasado martes se produjo en Pakistán el "primer encuentro oficial" entre una delegación de los talibanes y el Gobierno afgano, lo que podría suponer el preámbulo de unas negociaciones de paz que buscan poner fin a trece años de guerra civil en Afganistán.
"El Gobierno mantendrá conversaciones de paz con los grupos insurgentes afganos cuya lucha tiene una motivación razonable, pero los terroristas extranjeros, como Daesh, son enemigos, y el Gobierno continuará la lucha contra ellos", sentenció a Efe Javid Faisal, portavoz del jefe del Ejecutivo afgano, Abdullah Abdullah.