Trípoli, 6 ene (EFE).- Milicias de la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico intensificaron hoy su asedio a los puertos petroleros de Sidra y Ras Lanuf, los más importantes del país, cuyo control intentan lograr desde hace tres días.

Ante esta batalla considerada crucial para el futuro del país, el enviado especial de la ONU para Libia, Martin Kobler, urgió hoy a todos los partidos y grupos libios a luchar juntos para evitar que estos recursos petroleros caigan en poder de los radicales.

En un comunicado, el diplomático alemán advirtió de que cada día que pasa sin que se implante el acuerdo de paz en Libia crece la influencia y el poder de los grupos afines al EI.

Los diferentes partidos deben hacer todo lo que está en su mano para impedir que la organización Estado Islámico se apropie de las riquezas petroleras "que son propiedad del pueblo libio", afirmó Kobler.

"Cada día que pasa sin que el acuerdo (firmado el pasado 17 de diciembre en la ciudad marroquí de Sjirat) se ponga en marcha es un día ganado por el EI", subrayó.

Desde los minaretes de la ciudad de Sirte, convertida en el bastión del EI en la costa del Mediterráneo, los imames educados en mezquitas wahabíes arengaron de forma similar a los combatientes, a los que prometieron las riquezas de los pozos.

Fuentes de seguridad en la localidad de Ajdabiya confirmaron a Efe que el asedio se mantenía a primera hora de esta mañana pero que la virulencia de los ataques, que en las pasadas 48 horas segaron la vida de una quincena de personas, se ha atemperado.

Al parecer los radicales han replegado una parte de sus efectivos a la vecina localidad de Ben Jawad, convertida en el centro de mando del asalto.

El asedio del EI a las terminales de Sidra y Ras Lanuf se inició el lunes con una primera ofensiva en la que, según responsables de seguridad libios, murieron cuatro presuntos yihadistas, entre ellos uno de los principales comandantes del grupo, identificado como Abu Himam al Tunisi.

Este intento de conquista, que ayer vivió su segundo y cruento asalto, supone una intensificación de la ofensiva de los yihadistas en Libia, que en 2015 aprovecharon el conflicto político y militar entre los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk para asentar su posición y ampliar su territorio.

En los últimos doce meses, los radicales se han establecido en la localidad de Derna, fronteriza con Egipto, han penetrado en barrios de la ciudad de Bengasi, la segunda en importancia del país, y han conquistado la mayor parte de Sirte, urbe costera situada a unos 450 kilómetros de Trípoli.

Además han puesto cerco a las principales instalaciones petroleras del país y penetrado en la ciudad de Sabratha, a medio camino entre la capital y la frontera con Túnez.

El ataque a Sidra coincidió este lunes con nuevos enfrentamientos entre las fuerzas afines a Tobruk y las milicias islamistas leales a Trípoli en Bengasi, bajo asedio de las primeras desde mayo de 2014.

Coincide también con nuevas disputas políticas después de que el representante de Tobruk en el gobierno de unidad nacional formado por la ONU amenazara con abandonar el organismo si no se garantizaba que el polémico general Jalifa Hafter mantiene el control de las Fuerzas Armadas, algo a lo que se opone Trípoli.

Antiguo miembro de la cúpula gadafista convertido años después en el principal opositor en el exilio al fallecido Muamar al Gadafi, el anciano oficial está considerado por muchos como el principal escollo para la paz.

Esta división se ha hecho también patente en las últimas horas en la defensa de los puertos petroleros, debilitada por la falta de coordinación y la diferencia de criterio entre las fuerzas privadas que la defienden y las fuerzas al mando de Hafter.

Aunque el lunes se informó de que las fuerzas que ahora controlan los puertos, lideradas por el miliciano y señor de la guerra Ibrahim Yidran, estaban en conexión con las tropas de Tobruk, uno de los portavoces de la citada milicia privada negó hoy que se coordinen con el anciano general.

Tampoco está claro el papel que desempeña la plataforma de milicias islamista "Fajr Libya" (Amanecer Libia), afín al gobierno de Trípoli y enfrentada sobre el terreno con las fuerzas de Tobruk.

La Compañía Nacional de Petróleo (CNP) libia, bajo control del gobierno de Trípoli, lanzó anoche una "petición de ayuda" a través de su página web para frenar el avance del EI y controlar el incendio que al parecer afecta ya a cuatro grandes depósitos de crudo atacados por los yihadistas.

Mohamad abdel Malek