Washington, 21 abr (EFE).- El Gobierno de Estados Unidos se declaró hoy "preocupado" por sentencias como la impuesta por el Tribunal Penal de El Cairo al depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi, que fue condenado a 20 años de cárcel.

"EE.UU. está preocupado por estas sentencias. Todos los egipcios, independientemente de su afiliación política, tienen derecho a un trato equitativo y justo ante la ley", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su rueda de prensa diaria.

Earnest no quiso hacer más valoraciones de la sentencia a la espera de "revisar el veredicto y el fundamento del veredicto".

Sin embargo, el portavoz afirmó que "el señor Mursi, como cualquier otro acusado, debe tener a su alcance el derecho legal básico del juicio justo", y remarcó que EE.UU. "continúa oponiéndose a las detenciones y arrestos politizados".

Earnest agregó que su país seguirá abordando con el Gobierno egipcio "asuntos de reforma política y derechos humanos", que constituyen "prioridades bilaterales" para Estados Unidos.

En parecidos términos se manifestó la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Marie Harf, quien reiteró el derecho de todos los egipcios a un "trato justo ante la ley".

Pese a esas preocupaciones, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, informó el pasado 31 de marzo a su homólogo egipcio, Abdelfatah al Sisi, de su decisión de levantar el bloqueo de la ayuda militar estadounidense vigente desde octubre de 2013, una asistencia que asciende 1.300 millones de dólares anuales.

Obama reiteró a Al Sisi las inquietudes del Gobierno norteamericano sobre el arresto de activistas no violentos y la celebración de juicios masivos en el país, y pidió mayor respeto por la libertad de expresión y de reunión.

La cooperación militar entre ambos países se había enfriado tras el golpe de Estado que derrocó en julio de 2013 al entonces presidente Mursi.

El Tribunal Penal de El Cairo condenó hoy al depuesto gobernante a 20 años de cárcel por reprimir violentamente las protestas ocurridas frente al palacio presidencial de Itihadiya en diciembre de 2012, que causaron la muerte de varios manifestantes.

El exmandatario, dirigente de los Hermanos Musulmanes y encarcelado en la prisión de Burg al Arab, en el nordeste de Egipto, ha negado los cargos en las vistas anteriores y siempre ha destacado que sigue siendo el "presidente legítimo" de Egipto.

Desde el derrocamiento de Mursi, las autoridades han perseguido a los simpatizantes, integrantes y líderes de los Hermanos Musulmanes, que fueron declarados grupo terrorista en diciembre de 2013.