Madrid, 19 oct (EFE).- El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijo hoy en Madrid, donde se encuentra de visita oficial, que su país no propone un cambio de estatus para la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y que es contrario a la presencia de "actores externos" en el conflicto palestino-israelí.

"Necesitamos claridad", afirmó Kerry, que aludía a la propuesta de Francia ante el Consejo de Seguridad de la ONU que aboga por el despliegue de fuerzas internacionales en la Explanada de las Mezquitas, escenario de los últimos episodios de violencia, y que ha sido rechazada por Israel.

En una rueda de prensa junto al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, Kerry insistió en que su país pide a todas las partes "contención" para frenar la actual escalada de violencia en la zona.

"No tengo expectativas concretas sino seguir adelante" con el proceso de paz de Oriente Medio y "ayudar a entender que los mandatarios lideran y hacen esfuerzos para detener la violencia", añadió el jefe de la diplomacia estadounidense.

Israel convocó hoy al embajador francés en Tel Aviv para que dé explicaciones sobre la propuesta, ya que a su juicio "la iniciativa francesa no sirve para estabilizar la situación y no la consideramos útil", explicó a Efe el portavoz de la cancillería israelí, Emanuel Nahshón.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mostró ayer su rechazo a la formulación de la propuesta gala, que, dijo, ignora la instigación palestina, y manifestó que sólo su país puede preservar el "status quo" en el recinto sagrado para musulmanes y judíos.

Francia trata de sacar adelante una declaración presidencial del Consejo de Seguridad que llame al despliegue de observadores internacionales en los lugares santos de Jerusalén, particularmente en la Explanada, a fin de garantizar el mantenimiento del "statu quo".

Las autoridades palestinas han acusado a Israel de tratar de cambiar el estatus en la Explanada de las Mezquitas por las cada vez más abundantes visitas de judíos nacionalistas que pretenden rezar en el lugar.

Israel ocupó el recinto, que estaba bajo control jordano, junto al resto de Jerusalén Este, en la Guerra de los Seis Días de 1967.

Desde entonces, mantiene el control de la seguridad en el lugar mientras que el patrimonio islámico está bajo custodia de Jordania en virtud de un acuerdo por el que únicamente los musulmanes están autorizados a orar en el lugar.