Bruselas, 15 feb (EFE).- Mario Draghi ha recalcado hoy que la entidad que preside, el Banco Central Europeo (BCE), dispone de un amplio y variado abanico de herramientas a las que recurrirá si la situación lo requiere, pero ha vuelto a pedir a las capitales que acompañen la política monetaria con medidas fiscales e inversión.
Hoy, en su primera comparecencia pública tras la dura semana que atravesaron las bolsas europeas y, muy especialmente, la banca de la eurozona, Draghi ha reinventado sus "palabras mágicas" al afirmar esta vez que el BCE está "preparado para hacer su parte" en defensa de la eurozona.
En este sentido, ha mencionado la posibilidad de que el Consejo de Gobernadores del BCE revise "y probablemente reconsidere" su política monetaria en su próximo encuentro a principios de marzo, teniendo en cuenta tanto la evolución de los precios como los efectos de las turbulencias en los mercados.
"Si cualquiera de estos dos factores conllevan riesgos a la baja para la estabilidad de los precios, no dudaremos en actuar", dijo el presidente del BCE ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo (PE).
Draghi se ha esforzado en recalcar los aspectos más positivos, como que la recuperación de la eurozona progresa, aunque lentamente, y que su banca tiene una exposición limitada a los mercados emergentes, aunque reconoció que se está viendo afectada por las tensiones y se enfrenta igualmente a "retos".
El presidente del BCE ha subrayado que los bancos de la eurozona son ahora más sólidos que en los oscuros días de 2012 y que están acompañados de un marco regulatorio, la unión bancaria, que ha sentado unas bases más robustas para el sector, aunque no eludió que este proyecto está aún inconcluso.
"Los acontecimientos recientes han mostrado que el estado inacabado de nuestra integración monetaria puede ser una fuente de fragilidad. Y es una razón más para aprovechar esta oportunidad para profundizar nuestra integración", defendió Draghi, quien pidió que se aprovechen las negociaciones con Reino Unido para reforzar la eurozona.
También ha avisado de que es necesario que el acuerdo que se alcance con Londres no sea "ambiguo", dado que de lo contrario podría tener consecuencias "sistémicas" que serían negativas para los socios del euro.
El presidente del BCE hizo un llamamiento a las capitales a que tomen cartas en la actual situación, no solo a nivel comunitario, sino también en casa, donde ve que aún hay "mucho que se puede hacer".
"Esto significa poner el énfasis en la inversión pública, en la inversión en infraestructura y en bajar la imposición, así como finalizar las reformas estructurales que estimulan la demanda interna, aquellas que favorecen la inversión privada y el consumo privado", aseguró.
Defendió también la importancia del cumplimiento de las reglas que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo -un límite del déficit público del 3 % y de un 60 % del PIB en el caso de la deuda pública- para mantener la "confianza".
España es uno de los países que incumple este límite, que se comprometió a respetar este año, aunque el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, anunció recientemente que el país cerró 2015 con un déficit del 4,5 % de su PIB, lo que dificulta esta tarea.
Otra de las cuestiones que ha abordado Draghi es la del futuro de los billetes de 500 euros, sobre los que reconoció que el BCE está considerando su retirada dado que su uso está principalmente vinculado con actividades criminales.
La Comisión Europea (CE) y los países abordaron esta posibilidad el pasado viernes en el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE, aunque la decisión final recae en manos de Fráncfort.
El impacto en los mercados de la muy esperada intervención de Draghi -durante la que ha abordado otras cuestiones de actualidad como las negociaciones entre los acreedores y Grecia o las dudas sobre los bancos italianos- ha sido leve, provocando un ligero repunte en las bolsas que no recuperaron los niveles del inicio de la jornada.