El Cairo, 24 jul (EFE).- Decenas de miles de sursudaneses están privados de atención médica desde hace tres meses en el estado de Alto Nilo, denunció hoy la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), que instó a las partes del conflicto a permitir el acceso de ayuda humanitaria en la zona.
"La nueva ola de violencia que afecta a la región está poniendo bajo amenaza la vida de innumerables civiles", subrayó en un comunicado el coordinador de emergencias de MSF en Sudán del Sur, William Robertson.
Según la nota, la ciudad de Malakal, que ha cambiado de manos varias veces en los últimos 18 meses, ha quedado vacía como consecuencia de los combates.
En ella, MSF solo ha podido hacer una entrega de suministros médicos y alimentos en las últimas seis semanas a su centro de salud en Wau Shillu, a las afueras de la ciudad.
Robertson advirtió también de que hay 77 niños con desnutrición aguda severa en el programa de alimentación terapéutica para pacientes ambulatorios de MSF y de que "si no reciben pronto los alimentos terapéuticos preparados, su vida corre un serio riesgo".
Además, la nota subrayó que otras personas han huido de Malakal hacia el norte, concretamente a la ciudad de Melut, donde MSF se ha visto obligada a suspender sus trabajos dos veces en las últimas seis semanas, lo que ha provocado la desatención de 20.000 desplazados.
Mientras, otros han huido de Malakal hacia la otra orilla del Nilo Blanco, donde carecen de servicios básicos como alimentos, agua potable y medicinas, señaló MSF.
"La situación continua de violencia en Sudán del Sur está forzando a la población civil a vivir en condiciones inhumanas", destacó Robertson.
En ese contexto, "miles de personas están expuestas a la violencia constante, al desplazamiento forzoso, al miedo a los ataques, a los brotes de enfermedades y al riesgo de morir de hambre", añadió.
Por ello, el responsable humanitario denunció "la continua denegación de acceso para las organizaciones de ayuda a las zonas de conflicto y otras áreas remotas de Sudán del Sur, ya que son muchos los que se están quedando sin la asistencia humanitaria que necesitan con urgencia".
Desde que estalló la guerra civil en Sudán del Sur, en diciembre de 2013, decenas de miles de personas han muerto y al menos 1.500.000 se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
El conflicto se originó con las acusaciones que el presidente Salva Kiir (de etnia dinka) lanzó al exvicepresidente Riek Machar (de la etnia rival nuer) por supuestamente haber orquestado un golpe de Estado contra él.
Aquella disputa política derivó en un conflicto al que todavía no se ha encontrado solución pese a la mediación de los países de la región, que a menudo han criticado la escasa voluntad negociadora de las partes enfrentadas.