Berlín, 28 abr (EFE).- La Justicia alemana condenó hoy a penas de tres años y ocho meses de prisión a dos hombres por el incendio intencionado en junio de 2015 de un edificio habilitado para acoger a solicitantes de asilo, en Meißen (este del país).
La Audiencia de Dresde anunció hoy la sentencia dictada contra dos hombres, de 41 y 38 años, por allanamiento de morada, daños materiales e incendio intencionado en la mencionada ciudad, en el estado federado de Sajonia.
La jueza de la Audiencia, Michaela Kessler, expresó su "impresión y horror" ante este delito, ya que los condenados "no son criminales, sino ciudadanos corrientes, que viven en familias estructuradas con una casa, un trabajo y niños", describió.
Ambos hombres, que están en prisión preventiva desde hace cuatro meses, expresaron su arrepentimiento cuando arrancó el juicio este martes pasado, extremo que el tribunal cuestionó, al señalar que la noche del delito grabaron y celebraron su acción mientras los bomberos extinguían el incendio.
La Justicia considera como agravante el carácter xenófobo y premeditado del delito, cuyo objetivo era evitar la acogida de solicitantes de asilo a toda costa.
El incendio ocurrió la noche del 28 de junio de 2015, y según los condenados, comenzó con una barbacoa en la que hablaron de las políticas de asilo e ingirieron gran cantidad de alcohol.
La Audiencia de Dresde estima que su estado no era de completa sobriedad pero que esto no significa que no fueran responsables de sus actos, puesto que se vistieron ex profeso con ropa poco llamativa y llenaron una botella con gasolina.
Según la Justicia alemana, tras una primera tentativa fallida, realizaron un segundo intento con una mezcla de gasolina y aceite con la que impregnaron los colchones de una habitación en el primer piso, que desató el incendio de todo el edificio.
Además, la Fiscalía valoró que seis semanas después de provocar el incendio, irrumpieron de nuevo en el edificio -ya rehabilitado- para inundarlo y hacerlo inhabitable, esta vez sin éxito.
Se estima que los daños materiales en el edificio ascienden a más de 200.000 euros, cifra que podría haber sido mayor sin la rápida intervención de los bomberos, que evitó que el fuego se extendiera a los edificios colindantes.
Este incendio se une a la ola de ataques contra solicitantes de asilo y sus alojamientos, especialmente en el este del país, donde la xenofobia tiene más predicamento que en el resto de Alemania.
Según la jueza, este delito "demuestra que el odio contra los refugiados ha penetrado en la sociedad", además de rechazar que sean "víctimas", como alegó la defensa de los acusados.