Lisboa, 25 abr (EFE).- El jefe de Estado de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, apeló hoy a los partidos lusos a consensuar posiciones sobre cómo afrontar los principales desafíos que afronta el país y les recriminó caer en la crispación y el insulto.

En su último discurso como presidente en los actos conmemorativos de la Revolución del 25 de abril -agota su mandato en febrero de 2016 y no puede volver a presentarse por ley de nuevo a la reelección-, el dirigente conservador instó a los políticos a recuperar la credibilidad de la ciudadanía y luchar contra la corrupción.

"Después de cuatro décadas de democracia, los agentes políticos deben entender de una vez por todas que los portugueses no se identifican con formas de actuación que fomentan la crispación y que colocan los intereses partidarios por encima del interés nacional", advirtió Cavaco.

En su opinión, los ciudadanos "están cansados de la conflictividad política en cosas accesorias y artificiales", lo que explica el creciente desapego hacia las instituciones democráticas que reflejan las encuestas.

El presidente participó hoy en los actos programados en el Parlamento para celebrar el 41 aniversario de la llamada Revolución de los Claveles, golpe militar que puso fin a una dictadura que se prolongaba desde hacía 48 años y que dio pie a la llegada de la democracia.

El jefe del Estado luso criticó el uso de la calumnia y la difamación en el debate partidario e insistió en que "la violencia verbal, amplificada por el ruido mediático, aleja a los ciudadanos", por lo que instó a todos los diputados a "contribuir con su ejemplo para elevar el debate público y la calidad de la democracia".

"Sólo a través del diálogo y el consenso es posible alcanzar compromisos imprescindibles para afrontar los desafíos que debemos afrentar. Sólo con compromisos entre las diferentes fuerzas fue posible aprobar la Constitución -en 1976- y concretar muchos de los sueños del 25 de Abril", defendió.

En este sentido, reclamó un mayor esfuerzo para imponer "una actitud firme de combate a la corrupción", un fenómeno "con efectos muy graves" en los niveles de confianza ciudadana en los partidos e instituciones que pone además en riesgo la cohesión social.

Cavaco Silva se pronunció así sobre un asunto de máxima actualidad en Portugal, donde en sólo cuestión de meses han estallado varios escándalos de grandes proporciones, entre ellos la detención del ex primer ministro socialista José Sócrates y la caída del Grupo Espírito Santo y el BES.

Presidente del país desde 2006, lamentó que la discusión sobre la reforma del Estado también haya caído "en el terreno del combate ideológico", y citó entre los principales retos del país la mejora de las tasas de natalidad y el regreso de los miles de jóvenes altamente cualificados que decidieron emigrar ante la falta de oportunidades.

El que también fuera primer ministro luso entre 1985 y 1995 y líder del conservador Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha, actualmente en el Gobierno), alertó de que esta estructura demográfica "reduce el crecimiento potencial de la economía y aumenta la presión sobre las cuentas públicas".

"Es esencial también fomentar el regreso de quienes, como consecuencia de la crisis, partieron rumbo al extranjero, la mayoría jóvenes cualificados (...) Debemos crear condiciones para que su talento y capacidad puedan fructificar entre nosotros", argumentó.

Durante su discurso, el jefe del Estado se congratuló por que Portugal fuese capaz de cumplir el "exigente" programa de asistencia financiera acordado con la UE y el FMI a cambio de su rescate (2011-2014) y aseguró estar convencido de que el país vive ahora "una nueva fase" más allá de las dificultades, entre las que destacó el elevado desempleo y la precariedad.