Guatemala, 11 ene (EFE).- El juicio especial contra el exdictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt, programado para hoy, se suspendió debido a que hay al menos cuatro recursos pendientes de ser resueltos, informaron a Efe fuentes judiciales.

El Tribunal "B" de Mayor Riesgo decidió posponer la diligencia, que se celebraba este lunes a puerta cerrada porque la Corte de Constitucional (CC) debe resolver al menos cuatro amparos presentados ante esa instancia.

Ríos Montt, de 89 años, está acusado de ser el responsable de una matanza de indígenas mayas-ixiles durante su régimen de facto, entre 1982 y 1983, por lo que este lunes debía iniciar un nuevo juicio en su contra por genocidio, aunque no se le podrá imponer una pena de prisión porque padece una demencia irreversible.

Uno de los defensores del exdictador, Jaime Hernández, explicó a Efe que uno de los amparos fue presentado por ellos, en el que exigen el fin de la persecución penal y la aplicación "total" del decreto del Congreso 8-86, porque "no puede ser que los guerrilleros estén amnistiados y los militares no".

Los otros tres amparos fueron presentados por los querellantes en el proceso contra Ríos Montt, dijo el abogado.

Hernández avanzó que hasta que el Constitucional no resuelva estas diligencias no se programará una nueva fecha para el inicio del juicio, por lo que esperan con expectación sus resoluciones para ver cómo proceder, ya que tampoco descartan interponer más recursos para detener la persecución penal contra su patrocinado.

Ríos Montt, quien padece una "demencia vascular mixta irreversible y degenerativa", está postrado en su cama, cada vez "más malito", ya que su enfermedad ha ido "aumentando" y "no es consciente" de lo que sucede a su alrededor.

"A veces hilvana oraciones correctas, a veces no. No es consciente", enfatizó Hernández al describir el estado de salud del anciano.

El nuevo proceso "especial", por la muerte a manos del Ejército de 1.771 indígenas ixiles del departamento noroccidental de Quiché, iniciaría este lunes a puerta cerrada, sin los medios de comunicación y con la ausencia del ex jefe de Estado, que debido a su delicado estado de salud sería representado por sus abogados.

El exmilitar ya había sido condenado en 2013 a 80 años de prisión por genocidio, pero días después el máximo tribunal del país, la Corte de Constitucionalidad, anuló la sentencia por considerar que existieron irregularidades en el proceso judicial.