Guatemala, 20 abr (EFE).- El expresidente de Guatemala Otto Pérez Molina (2012-2015), en prisión preventiva por el caso de corrupción aduanero "La Línea", defendió hoy la legalidad en la adjudicación de la ampliación de la terminal de Puerto Quetzal a la empresa Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ).

En una conferencia de prensa tras la suspensión de la audiencia de primera declaración, Pérez Molina se dirigió, como viene siendo habitual, a los medios de comunicación y aseguró que este nuevo caso está construido en base a "una historia, un cuento" de Juan Carlos Monzón, colaborador eficaz de la fiscalía en este proceso.

Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti están acusados de liderar la estructura delictiva del "Caso TCQ", en el que también está implicado el español Juan José Suárez, director general de Terminal de Contenedores de Quetzal (TCQ), filial en Guatemala de la firma española Terminal de Contenedores de Barcelona (TCB).

Todos los implicados, más de una decena, tenían como objetivo supuestamente lucrarse y blanquear dinero a través de la construcción y gestión de esta nueva terminal marítima, cuya inversión total alcanzaría los 255 millones de dólares.

Entre enero de 2012 y abril de 2015, la trama realizó los nombramientos y gestiones necesarias para asegurar la firma del contrato a cambio de una "comisión" de 24,5 millones de dólares, de los cuales supuestamente 12 millones llegaron a manos de los acusados.

Cuestionado por estos hechos, Pérez molina, visiblemente tranquilo, aseguró que el usufructo se hizo de igual manera que otros 22 que ya están entregados y que las autoridades deben ser "muy cuidadosas" si lo quieren cancelar o rescindir, porque podría afectar al país.

"Desmantelar el puerto es desmantelar la economía", proclamó Pérez Molina, quien recordó que más del 60 por ciento de las importaciones de Guatemala entran por Puerto Quetzal, la mayor terminal marítima del país, ubicada en el departamento sureño de Escuintla, y que, según sus palabras, es "la más moderna" desde "Panamá a México".

Sobre la supuesta "comisión" o soborno entregado a su persona, cifrado en unos 24,5 millones de dólares por la Fiscalía, el expresidente, en la cárcel desde el pasado 3 de septiembre por otro caso de corrupción, fue tajante: "Yo no recibí ni un centavo de eso".

Para afianzar esta postura, mostró su incredulidad por la "casualidad" que a su juicio supone que el Caso TCQ salga cuando se cumple un año de las primeras capturas realizadas por "La Línea", un proceso que fue perdiendo fuelle.

"Después de ser un gran caso (La Línea) se va cayendo y cayendo", manifestó, y auguró que esta nueva acusación, construida con "un testimonio, una historia, un cuento" de Monzón, va a tener el mismo camino, porque no van a encontrar "las pruebas necesarias" para sustentar las acusaciones: "También se lo están inventado".

"Estos casos que se montan en bases a cuentos o historias que quiere dar algún colaborador eficaz, tarde o temprano se caen", reiteró, y añadió: "Quieren montar otro caso".

Conforme la fiscalía vaya dando detalles de la implicación de Pérez Molina en este nuevo proceso él prometió ir aclarando "cada una de esas cosas y poniéndolas en su lugar", pero aseguró además que si el proceso estaba "en reserva" la fiscalía y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) no cumplen con la ley al realizar una conferencia de prensa y dar detalles.

Pérez Molina y Baldetti abandonaron el poder el año pasado salpicados por el escándalo de corrupción en las aduanas del país conocido como "La Línea", por el que están en prisión preventiva a la espera de conocer si irán a juicio.