Panamá, 10 abr (EFE).- El presidente venezolano, Nicolás Maduro, apadrinó hoy la reivindicación del popular barrio panameño de El Chorrillo para que EEUU pida perdón por la invasión de Panamá e indemnice a sus víctimas que, aseguró, le dolieron tanto como los muertos del «Caracazo».

Una madrugada de la Navidad de 1989 los vecinos de El Chorrillo «fueron levantados de la cama para ver cómo el barrio era sepultado en llamas. Esa mañana, el pueblo panameño no se levantó con la alegría propia de las navidades. San Nicolás fue un mensajero de la muerte», recuerda la mayor retirada Trinidad Ayola.

La presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas de la Invasión del 20 de Diciembre de 1989 le dio hoy, ante el Monumento a los Caídos en el «barrio mártir» de El Chorrillo, una carta a Maduro para que se la entregue al presidente de EEUU, Barack Obama.

En la carta, Ayola le dice a Obama que aquel día «el gobierno de su país lanzó sin aviso una invasión militar a gran escala para Panamá generando graves pérdidas para nosotros», lo que «constituyó un claro acto violatorio de la soberanía nacional» independientemente de la «excusa» que pusieran.

Unos 26.000 soldados de EEUU invadieron Panamá aquel 20 de diciembre para arrestar al general gobernante Manuel Antonio Noriega, a quien acusaba de narcotráfico, y el Ejercito estadounidense bombardeó intensamente los barrios humildes de la capital mientras protegía las urbanizaciones de los ricos.

La asociación de víctimas que preside Ayola exigió a Obama que pida perdón e indemnice a las al menos 20.000 personas que perdieron sus residencias, a los heridos y los familiares de los muertos, todavía sin contabilizar.

Panamá «siempre ha sido amigo del pueblo norteamericano y jamás ha sido una amenaza ni militar ni económica para ningún país del mundo», dijo Ayola.

Sin embargo, el 20 de diciembre y los días siguientes se establecieron retenes en los barrios más pobres donde «soldados de Estados Unidos disparaban indiscriminadamente contra civiles sin razón justificada», lo que, a su vez, «generó una cadena de conflictos económicos y sociales y delincuenciales».

Maduro se comprometió a entregar la carta a Maduro y además insistir en el mensaje personalmente y «con toda el alma».

«Para nosotros (entonces) la juventud Americana fue muy doloroso ver como se masacraba al pueblo bolivariano de Panamá y no poder hacer nada aquel 20, aquel 21, 22 de diciembre 1989».

El presidente venezolano dijo que aquel fue un año «fatídico» también para Venezuela, pues el 27 y 28 de febrero la jornada conocida como «el Caracazo» dejó «más de 3.000 muertos masacrados» por orden, subrayó, de Washington.

Del 27 de febrero al 8 de marzo de 1989 se desencadenaron una serie de disturbios en Caracas a consecuencia de las medidas neoliberales que anunció el entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, instado por el Fondo Monetario Internacional.

«Teníamos el dolor gigantesco de nuestros masacrados y un día prendimos la televisión y vimos las más horrorosas imágenes que más nunca deben verse en América Latina y que fue la invasión norteamericana contra el pueblo de Panamá», recordó Maduro.

«Esta es la verdad de América Latina, prohibido olvidar, más nunca una invasión militar», gritó el gobernante mientras cientos de vecinos de El Chorrillo coreaban «Maduro, Maduro, al yankee dale duro» y «Maduro, pa’ lante, tu llevas el volante».

El mandatario venezolano, que presume de su origen humilde y de haber sido chófer de autobús, está en Panamá para participar en la VI Cumbre de las Américas y desde que llegó se moviliza conduciendo su propio vehículo.

La delegación venezolana recogió unas 2.000 firmas en El Chorrillo contra el decreto de Obama que declara a Venezuela una «amenaza» para EEUU, lo que para algunos es un preludio de invasión, mientras Maduro saludaba a los vecinos.

Un estudiante de Derecho panameño, José Ávila, que encabezaba un grupo de jóvenes que coreaba consignas de apoyo a Maduro y en contra de EEUU, dijo a Acan-Efe que estaban allí para apoyar «el proceso bolivariano de las Américas que comenzó (Simón) Bolívar, siguió (Hugo) Chávez y se mantiene con Maduro».

«Nosotros sufrimos lo que es el intento de EEUU de despojar los recursos de nuestro pueblo. Esta es una lucha de todos los pueblos de América para defender su riqueza, es una lucha antioligarca y antiimperialista para rescatar la dignidad de los trabajadores».

El embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, manifestó por su parte a Acan-Efe que «la lucha antiimperialista continúa. El sur está revelándose contra el norte imperial. Aquí estamos con el resto de América Latina y el Caribe seguimos en lucha. Estamos cargados de optimismo».