Guatemala, 19 ago (EFE).- El ministro de Educación de Guatemala, Óscar Hugo López, aseguró este lunes que las lluvias y los fuertes vientos han dañado un total de 282 escuelas públicas en todo el país desde que el pasado mes de junio comenzó a llover.

Solo la semana pasada y el fin de semana, un total de 62 escuelas sufrieron daños a la infraestructura.

López aseguró que, con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, se repararán 200 escuelas y que buscará la financiación para solventar los estragos causados a las otras 82.

Después de la reunión semanal del Gabinete de Gobierno, explicó que el programa de apoyo para la reparación de las primeras 200 escuelas cuenta con 15 a 20 millones de quetzales (1,9 a 2,6 millones de dólares) disponibles e indicó que para las otras 82 escuelas "esperamos que tengan un costo menor".

La mayoría de los problemas de los centros escolares "están asociados con techos, muros perimetrales y ventadas afectadas por las lluvias y los fuertes vientos".

El ministro agregó que esta semana, en la que 62 escuelas se vieron afectadas dentro de la temporada de lluvias, ha sido la semana de mayor afectación en lo que va de temporada de precipitaciones.

Desde junio, el agua ha afectado a 333.115 personas en 156 incidentes, ha puesto a 23 personas en riesgo, dejando 927 damnificadas, una persona desaparecida, una herida y cuatro fallecidas, según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres.

En cuanto a la infraestructura, 2 puentes han sido destruidos, 52 carreteras han sido afectadas y cerca de 1.000 viviendas han sido dañadas de forma leve, moderada y severa.

Este año, la lluvia ha provocado la menor canícula de los últimos tres años debido a las depresiones tropicales y una planificación preventiva del Gobierno y las Naciones Unidas, que se adelantaron al retraso de las precipitaciones en el país centroamericano, según la FAO.

El 2019 ha sido un año que las autoridades y los expertos en Guatemala han catalogado como "normal" en cuanto a la sequedad y humedad del suelo, habiendo pasado a una mejoría respecto de los años anteriores.

Pese a que las primeras lluvias del año se retrasaron un mes y medio, al presentarse hasta mediados del mes de junio, una depresión transcurrida en semanas anteriores "salvó" la temporada que se preveía como una de las más secas de los últimos tiempos, aunque pasada la segunda canícula ha provocado los daños descritos por la entidad de protección civil.

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