La Habana, 17 jun (EFE).- El proceso de paz colombiano abrió hoy un nuevo ciclo de negociaciones en La Habana entre las críticas de las FARC al presidente Juan Manuel Santos por la versión "sesgada" que ha ofrecido en Europa sobre el país, si bien la guerrilla abogó por superar "desavenencias" y pactar una tregua bilateral.

El insistente reclamo de las FARC por acordar un alto el fuego marcó este miércoles el comienzo de la ronda 38 de las conversaciones de paz, en un momento de recrudecimiento del conflicto y fuerte ofensiva del grupo rebelde y entre la llamada del presidente Santos a acelerar las negociaciones, expresada de nuevo ayer desde Oslo (Noruega).

"Las FARC ponemos de lado las desavenencias, y a pesar de las incoherencias del discurso y de las acciones gubernamentales que lo que hacen es incendiar al país, una vez más nos manifestamos por un acuerdo de cese bilateral del fuego que traiga alivio y nuevas esperanzas a nuestro pueblo", afirmó la insurgencia en un comunicado leído este miércoles en la capital cubana.

En esa declaración, los rebeldes extendieron una invitación al Gobierno para "deponer las contradicciones", realizar "un acto de profunda reflexión" e "intentar un acuerdo que pare la confrontación inmediatamente".

Para las FARC, que el pasado 22 de mayo suspendieron un alto el fuego unilateral e indefinido que había comenzado en diciembre, es innecesario esperar a un acuerdo de paz definitivo para llegar a una tregua pactada y más bien se trata de una "cuestión de voluntad política".

El Gobierno colombiano, cuyos negociadores encabezados por Humberto de la Calle no realizaron hoy comentarios al inicio del ciclo, parece inamovible en su posición de que no habrá un alto el fuego bilateral antes de que concluya el proceso de paz, y Santos volvió a dejar en claro esa decisión ayer en su discurso en Oslo.

El mandatario, que abrió esta histórica negociación con la guerrilla en agosto de 2012, advirtió de que precisamente porque no habrá tregua es necesario "intensificar las conversaciones" y sellar la paz en La Habana, sede permanente de la mesa de diálogos.

La insurgencia se centró hoy en buena medida en criticar los pronunciamientos del presidente durante la gira para recabar apoyo internacional al fin del conflicto que lo llevó en los últimos días a Bélgica, Italia, Suecia y Noruega, país que junto a Cuba es garante del proceso de paz colombiano.

"El mencionado discurso está plagado de distorsiones y de mentiras poco piadosas. Colombia no es el país de las maravillas bosquejado en Oslo, sino el tercero más desigual del mundo", opinó hoy la guerrilla.

Además, las FARC tacharon de "incoherente" la difusión del proceso de paz en Europa de Santos, y consideró que sus puntos de vista al explicar los acuerdos parciales alcanzados hasta ahora por la mesa de negociaciones "son una sesgada puesta en escena de lo pactado".

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) recordaron que Noruega, al igual que Cuba, en su condición de garantes, así como otros foros y organismos internacionales, han alzado voces para pedir el cese de la guerra durante los diálogos.

"Las FARC respondemos afirmativamente. Procedamos ya", apuntaron.

El grupo insurgente ha incrementado su actividad armada tras suspender la tregua en mayo, después de que 27 guerrilleros murieran en un bombardeo de la Fuerza Aérea en una zona remota del Cauca, acción que a su vez respondió a un ataque insurgente que mató a 11 militares en la misma región el 15 de abril.

Desde entonces, la escalada ha ido en aumento y en los últimos días, por ejemplo, ocurrió un atentado contra la infraestructura petrolera de Colombia y murió un teniente coronel de la Policía en ataques atribuidos al grupo rebelde.

Por parte de las FARC son más de 40 los guerrilleros muertos en bombardeos de la Fuerza Aérea, que mantiene la orden presidencial de perseguir al grupo armado.

En La Habana, los negociadores continuarán este ciclo debatiendo sobre el tema de las víctimas y, en paralelo, proseguirán los trabajos de la subcomisión técnica encargada de perfilar el punto del alto el fuego bilateral y definitivo y la dejación de armas por parte de la guerrilla.