Santo Domingo, 10 jul (EFE).- La misión especial de la OEA que visitó hoy República Dominicana en la primera de dos jornadas para recabar información sobre el plan de regularización de extranjeros que ha enfrentado al país con Haití, sostuvo reuniones con autoridades y acudió a un centro de acogida para indocumentados.

Luego de encuentros con el canciller dominicano, Andrés Navarro, y con el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, la delegación concluyó su trabajo de hoy con una visita al embajador de Estados Unidos en Santo Domingo, James Brewster.

La misión de la organización es encabezada por su secretario de Asuntos Políticos, Francisco Guerrero, y prevé "tender puentes entre ambos países para buscar una solución duradera al diferendo".

Los comisionados, que no tuvieron contacto con la prensa, continuarán su tarea mañana sábado y el domingo viajarán a Haití, donde permanecerán hasta el martes, según anunció la OEA desde su sede en Washington.

Durante sus días de trabajo en República Dominicana y Haití, la misión se entrevista con autoridades gubernamentales, con organismos que están realizando las tareas de registro de migrantes, además de los propios migrantes y otros actores involucrados en el actual proceso.

Tras una de sus primeras reuniones, con el ministro Navarro, Guerrero aseguró que la misión que encabeza llegó para tratar la crisis migratoria con una "mente abierta" y sin "ningún tipo de prejuicios".

Opinó que la misión, compuesta por un total de seis personas, "bajo ninguna circunstancia" tiene una opinión específica "sino todo lo contrario: la intención es escuchar a todos los sectores".

Por su parte, Navarro dijo que su país "no tiene nada que ocultar al mundo" respecto del plan que ejecuta para regular a los indocumentados, y que afecta especialmente a los haitianos.

"El Gobierno está abierto a que puedan venir misiones de observaciones con el debido respeto a los procedimientos que se estilan para estos fines", declaró el funcionario.

El ministro calificó de "infundadas" las acusaciones hechas a la República Dominicana tras el vencimiento del plazo y reiteró que "no es verdad que exista apatridia ni el interés de deportar en ningún grupo de extranjeros en particular y mucho menos a ciudadanos dominicanos".

Por su parte, el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, dijo que ve con "buenos ojos" la visita de la delegación especial de la OEA, pero advirtió que el Gobierno dominicano "no aceptará" que ese organismo le "trace pautas".

"En el caso de la visita de la OEA, pueden venir, ahora, este Gobierno no acepta, bajo ningún concepto que le tracen pautas, no aceptamos que se nos tracen pautas, el derecho de un país a regular su migración, de acuerdo a sus leyes, es un derecho soberano, que lo tienen y lo hacen también otras naciones del mundo", subrayó.

Otra destacada figura que ofreció hoy su opinión fue Leonel Fernández.

El tres veces presidente de República Dominicana (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012) se mostró convencido de que el país está siendo agredido internacionalmente, a raíz de la reforma migratoria, "en base a mentiras y falacias".

En declaraciones a los medios locales dijo que se ha creado la falsa idea de que iba a haber una deportación masiva de extranjeros ilegales, y de que, como consecuencia, se iba a producir una crisis humanitaria.

"Aquí no hay una crisis humanitaria. Aquí no hay una deportación masiva. Absolutamente incierto. Se ha creado una falsedad, y sobre esa base está aquí la OEA", subrayó Fernández.

La delegación, que también visitó el Centro de Acogida de Inmigrantes de Haina (próximo a la capital), se reunió con Roberto Rosario, responsable de la Junta Central Electoral (JCE), quien calificó su encuentro con la OEA de "amplio y fluido", consideró que la misión carecía de información.

Al término de la visita al lugar de acogida, el director general de Migración, Rubén Paulino Sem, dijo que los comisionados quedaron "altamente satisfechos" con el procedimiento de regularización migratorio que se lleva a cabo.

La misión llega tras el agravamiento de la crisis migratoria entre este país y Haití después de que el canciller haitiano, Lener Renauld, y el embajador de República Dominicana ante la OEA, Pedro Vergés, mantuvieran el miércoles un crispado intercambio de posiciones ante el Consejo Permanente del organismo, que celebró su segunda sesión especial sobre este conflicto.

El Plan de Regularización para Extranjeros indocumentados, cuyo plazo concluyó el pasado 17 de junio, se puso en marcha junto a la Ley especial de Naturalización, que venció el 1 de febrero, tras una polémica sentencia del Tribunal Constitucional de septiembre de 2013, que establece los parámetros para adquirir la nacionalidad.

Al Plan Nacional de Regulación de Extranjeros se acogieron 288.466 indocumentados, la mayoría haitianos, y 8.755 lo hicieron a la Ley especial de Naturalización.