Guatemala, 27 nov (EFE).- El ministro guatemalteco de Salud, Mariano Rayo, dijo a Efe que la actual "deuda de los hospitales es el reflejo de un sistema corrupto" y acusó a los grandes proveedores e intermediarios de coaptar el sistema sanitario hasta convertirlo en un modelo inviable para atender las necesidades de los ciudadanos.

Guatemala está sumida en una crisis sanitaria que ha provocado el desabastecimiento en varios de los hospitales más importantes del país, como el Roosevelt, donde los suministros de 28 importantes medicamentos están agotados debido a la deuda de 120 millones de quetzales (15,7 millones de dólares) que el centro tiene con sus proveedores.

Desde 2008, cuando se decretó por ley la gratuidad universal de la sanidad, el país ha enfrentado crisis sanitarias periódicas por la deficiente financiación del sistema de salud, al cual se destina desde hace doce años entre 1,1 % y 1,2 % del producto interno bruto (PIB), cuando "para sostener la universalidad del sistema tendríamos que estar alrededor del 6 % del PIB", afirma Rayo.

Si se aprueba el proyecto de presupuestos para 2016 presentado por el Gobierno del expresidente Otto Pérez Molina la partida para salud se reducirá en unos 900 millones de quetzales (117,9 millones de dólares), lo que presumiblemente agravará la "tormenta perfecta" en la que se encuentra el sistema sanitario guatemalteco, cuyas consecuencias "están pagando los pacientes".

"El paciente aspira a que todo sea gratis, pero lo gratis no le cubre el abastecimiento, así que le dan la receta y con esta se va a la esquina -a comprar los medicamentos- con sobreprecios de 300 y 400 %. A las afueras del hospital de Antigua Guatemala venden un kit de parto por 300 quetzales (39 dólares), cuyo costo -real- sería de unos 80 quetzales (10 dólares)", relata el ministro.

En este escenario, se queja Rayo, los "mercaderes de la salud" se lucran con la necesidad de los pacientes, que se ven abocados a pagar de su propio bolsillo los medicamentos requeridos para su tratamiento.

El actual modelo de salud, reconoce el titular de Sanidad, "no da para nada", ya que ha sido secuestrado por la corrupción: "facturas falsas, compras simuladas" que han generado una "deuda espuria" que ya ha sido denunciada.

"La corrupción en salud que tiene como resultado una muerte, una negligencia o una mala práctica es la peor de las peores", asevera Rayo, quien lamenta que la sociedad guatemalteca no se "percate" todavía de esta realidad.

En los últimos 8 años, muchos pequeños proveedores han quebrado o han sido absorbidos por grandes compañías, lo que ha terminado por arruinar el sistema de compras: el contrato abierto, que en los años 90 permitió abaratar precios, es ahora convocado a medida de los "mercaderes de la salud".

"El sistema de compras del sistema (de) salud está perforado por la corrupción", sentencia.

Además de la corrupción y el nepotismo, Rayo apunta a la falta de capacidad de los gestores de algunos hospitales como responsable de la deficiencia sistémica del modelo sanitario guatemalteco: "Las causas estructurales de la crisis hospitalaria es una mala e incompetente gestión administrativa-financiera de los hospitales".

Esta misma semana, los galenos del hospital Roosevelt, el más importante del país, aprobaron en asamblea declarar a Rayo persona "non-grata" y solicitar su dimisión, después de que este remitiera una circular en la que apercibía al director del nosocomio, Enrique Soto, por el cierre de la consulta externa, que hoy cumple 18 días.

Rayo reconoce la falta de material para prestar determinados servicios, como las cirugías selectivas, pero insiste en que el servicio de consultas externas podría prestarse con los recursos actuales: "La consulta externa no debería estar cerrada por falta de insumos, es una gran contradicción".

"De los 44 hospitales -de la red estatal- con problemas similares, solo el Roosevelt permanece con las consultas externas cerradas", añade.

La misión del Gobierno, explica el ministro, es administrar los recursos para que la red estatal sea eficiente y los ciudadanos de las zonas rurales del país no tengan que desplazarse a la capital en un "círculo perverso" que sobrecarga los centros más grandes.

Reconoció que es necesario reformar el sistema sanitario y no ve con malos ojos incluir el copago como medida para "solucionar algunos problemas, aunque no todos".

No obstante, matiza, el copago solo podría aplicarse "para cierto tipo de servicios y especialidades".

La prioridad, subraya, es terminar con las prácticas nepotistas y corruptas que permiten que algunas personas "vengan al hospital y se hagan una tomografía a coste cero para luego irse con su médico privado".

Rayo se ha mostrado contrario a la "doble práctica" profesional en centros públicos y privados y apuesta por mejorar la remuneración de los buenos profesionales sanitarios.