Miami.- El Tribunal Supremo de Florida anuló hoy la pena de muerte impuesta en 2014 a dos hombre por dos casos diferentes de asesinato por no existir un veredicto unánime del jurado, por lo que tendrán que recibir una nueva sentencia.
En el caso de Brandon Lee Bradley, le fue impuesta la pena de muerte con diez votos a favor y dos en contra en un tribunal de Brevard, en el centro de Florida, por el asesinato a tiros de la agente de policía Barbara Pill.
Lee Bradley había apelado la sentencia y el cargo de "asesinato en primer grado premeditado, robo, fuga y resistencia al arresto con violencia" que pesan en su contra, informó la máxima institución judicial del estado en su dictamen hecho público hoy.
"Nosotros anulamos la sentencia a la espera de un nuevo proceso de sentencia", indicaron los jueces del Supremo de Florida.
El reo podría, no obstante, ser condenado de nuevo a la pena capital, para lo cual los doce miembros del jurado tendrían que alcanzar unanimidad en la recomendación de la sentencia.
"El jurado en una causa capital debe encontrar por unanimidad y expresamente todas los factores agravantes probados más allá de toda duda razonable, que los factores agravantes son suficientes para imponer la muerte", que estos exceden las "circunstancias atenuantes y, por unanimidad, "recomendar una sentencia de muerte", señaló la Corte Suprema de Florida en su decisión.
La otra sentencia de muerte anulada por el Tribunal Supremo de Florida corresponde a Dwayne F. White, acusado de asesinato en primer grado por la muerte de su esposa, Sara Rucker, a la que cortó el cuello en 2011 en un estacionamiento público de un restaurante en Longwood, en el centro de Florida.
Con ocho votos a favor y cuatro en contra del jurado, White fue condenado a la pena capital, pero, tras el fallo de la máxima instancia judicial de Florida, tendrá ahora que ser sentenciado de nuevo, al igual que en el caso anterior.
El gobernador de Florida, Rick Scott, firmó el pasado 13 de marzo una ley que ordena un fallo unánime del jurado para emitir sentencias de pena de muerte. De esa manera, busca reanudar las ejecuciones en el estado.
Desde enero de 2016 la pena capital en Florida estaba en un limbo legal debido a la consideración del Supremo de EE.UU. de contemplar como "inconstitucional" el que solo una mayoría simple decidiera la pena de muerte de un preso.
Florida, junto con Alabama y Delaware, era uno de los pocos estados que no requería un veredicto unánime del jurado para sentenciar con la pena de muerte.
Desde 1976 se han ejecutado en Florida a 92 reos. Actualmente, unas 400 personas, cuatro de ellas mujeres, esperan en el corredor de la muerte su ejecución mediante inyección letal.
En 2015 EE.UU. cerró su año con menos ejecuciones (28) desde 1991 y profundizó así un declive desde el pico de 98 ejecuciones alcanzado en 1999, de acuerdo con las estadísticas oficiales.