Washington, 17 jul (EFE).- Con un gasto de 19 millones de dólares en tan solo tres meses de campaña, la precandidata demócrata a la Presidencia de EE.UU. Hillary Clinton ha despertado las dudas acerca de si su nivel de recaudación estará a la altura de sus dispendios.

Según datos de la Comisión Federal Electoral (FEC) de los que se hace eco hoy la prensa estadounidense, la campaña de Clinton ha gastado 19 millones de dólares, el 40 % de los 47 millones recaudados en el primer trimestre de campaña.

La maquinaria política de Clinton, que por segunda vez intenta el asalto a la Presidencia, no ha escatimado en gastos y ha contratado a más de 400 personas, incluidos consultores con altos honorarios, ha trabajado en análisis de campaña y de clima de opinión y ha comenzado a recorrer los estados claves de Estados Unidos.

Aunque la puesta en marcha de una campaña presidencial en Estados Unidos requiere fuertes inversiones, el nivel de gasto de Clinton hace surgir las dudas sobre su estrategia de recaudación y sobre la capacidad de evitar los errores de 2008, cuando la senadora sucumbió ante un relativamente desconocido Barack Obama, quien puso el acento en las pequeñas donaciones y una innovadora estrategia digital.

En estos tres meses, Clinton se gastó 6 millones de dólares en salarios, mientras que dedicó importantes montos a eventos de recaudación, publicidad online y viajes y apariciones mediáticas por el país.

Además, al contrario que en la lucha republicana por la nominación, Clinton no está recibiendo un gran monto de dinero de grupos externos, conocidos como comités de acción política (PAC y Súper PAC), sino más bien de donaciones individuales.

Según estimaciones, ya que hasta final de mes no informarán a la FEC, los PAC alineados con Clinton han recaudado 15 millones de dólares adicionales, menos que los 108 millones del republicano Jeb Bush, 37 millones de dólares del senador Ted Cruz o los 33 millones del legislador de origen cubano Marco Rubio.

Casi todos los aspirantes republicanos a la Presidencia dependen más del dinero recaudado por grupos políticos externos con controles más laxos que del dinero recaudado directamente por sus campañas.

Los altos niveles de gasto de la ex primera dama, entre ellos casi 1,4 millones de dólares en la empresa de estrategia digital Bully Pulpit, son munición para sus opositores, que intentan pintar una Clinton elitista y desconectada del estadounidense medio.

No obstante, la campaña de Clinton ha destacado que el 94 % de las donaciones llegó en envíos de 250 dólares o menos y un 60 % de ellas provino de mujeres.