Washington, 27 jun (EFE).- El libio Ahmed Abu Jatala, considerado por Estados Unidos como el "cerebro" del ataque de 2012 contra su consulado en Bengasi, fue condenado hoy a 22 años de cárcel por su apoyo a los terroristas que acabaron con la vida del embajador de Estados Unidos en Libia y de otros tres estadounidenses.

La sentencia que dictó hoy el juez Christopher "Casey" Cooper, de la corte federal del Distrito de Columbia, es menor a lo que pedía la Fiscalía, que reclamaba cadena perpetua.

Durante el juicio, que comenzó el pasado 2 de octubre, la Fiscalía definió a Jatala como el "cerebro" que orquestó el ataque contra el consultado, en el que murieron el embajador, Chris Stevens; el diplomático Sean Smith y dos contratistas de la CIA, Tyrone S. Woods y Glen Doherty.

El ataque, perpetrado el 11 y 12 de septiembre de 2012, supuso el primer asesinato de un embajador de EE.UU. en activo desde 1979.

En noviembre, un jurado popular exculpó a Jatala, de 47 años, de los delitos de asesinato e intento de asesinato que había presentado en su contra la Fiscalía, pero permitió que el proceso siguiera adelante con los delitos de terrorismo.

Abu Jatala se declaró no culpable de todos los cargos que se le imputaron y, durante años, negó cualquier implicación con uno de los ataques más controvertidos de la historia reciente de EE.UU.

Comenzó a ser señalado como responsable de los atentados después de que, en 2013, el diario The New York Times publicara una extensa investigación en la que varios testigos hablaban de Abu Jatala como el "jeque" que dirigió la ofensiva, dando órdenes a unos y otros para prender fuego al complejo diplomático.

Entones, Estados Unidos le señaló como uno de los "comandantes" de Ubaydah Bin Jarrah, una milicia extremista de Bengasi que quería instaurar la sharía (ley islámica) en Libia y que, en 2011, se unió al grupo terrorista Ansar al Sharia, al que Washington culpa directamente del atentado de 2012.

El 15 de junio de 2014, Abu Jatala fue capturado en una vivienda de Bengasi en una operación secreta de las fuerzas especiales de EE.UU. y del FBI para, a continuación, ser montado a bordo de un buque militar y ser interrogado durante 13 días antes de llegar a territorio estadounidense.

Desde que llegó a Estados Unidos, Abu Jatala ha permanecido en prisión preventiva.

El ataque, que coincidió con el undécimo aniversario de los atentados de septiembre de 2001 en EE.UU., se convirtió en una herramienta de los republicanos para desgastar al entonces presidente Barack Obama (2009-2017) y a su secretaria de Estado y posterior candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.

Los republicanos llegaron a abrir una investigación en el Congreso contra Clinton y concluyeron que no existían suficientes elementos para culparla de la tragedia.