Naciones Unidas, 15 may (EFE).- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, abordó hoy la situación en Burundi con el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, y subrayó la necesidad de que los líderes de la región se unan para resolver la crisis.

Ban tiene previsto mantener llamadas con otros dirigentes de la zona y con el presidente burundés, Pierre Nkurunziza, según dijo en una conferencia de prensa el portavoz Farhan Haq.

En su conversación con Kenyatta, el máximo responsable de la ONU insistió en la importancia de que los líderes regionales unan esfuerzos para dar respuesta a la crisis en Burundi y defendió un diálogo inclusivo en el país.

El golpe de Estado contra Nkurunziza fracasó hoy definitivamente tras la detención de los militares insurrectos y la vuelta del mandatario a la capital del país, Buyumbura.

Los militares que intentaron un levantamiento militar hace dos días para poner fin a la ola de violencia desencadenada por la decisión de Nkurunziza de aspirar a un tercer mandato anunciaron su rendición y fueron detenidos por las autoridades del país.

En un comunicado, Ban había pedido el jueves respeto a la constitución burundesa, había rechazado el uso de la violencia y había llamado a crear condiciones adecuadas para celebrar unas elecciones inclusivas, sin violencia y creíble.

Según datos de la ONU, más de 105.000 personas han huido de Burundi hacia las vecinas Tanzania, Ruanda y la República Democrática del Congo como consecuencia de la crisis.

El número de refugiados llegados a Tanzania ha aumentado bruscamente en los últimos días, con cerca de 50.000 burundeses asentados en la pequeña localidad de Kagunga, a orillas del lago Tanganica, que separa ambos países.

Desde finales de abril, cuando el partido de Nkurunziza hizo públicas sus aspiraciones a la reelección, al menos 20 civiles han muerto en Burundi durante las protestas contra los planes del presidente de presentarse a un tercer mandato, algo que, según la oposición, prohíbe la Constitución burundesa.

La decisión de Nkurunziza de presentar su candidatura ha suscitado temores entre amplios sectores de la población burundesa, que apenas hace una década salió de una guerra civil (1993-2005) que hundió al país y todavía afecta a la sociedad.