Guatemala, 8 oct (EFE).- Con su última película bajo el brazo, "Hostal de don Tulio", el director, actor y productor guatemalteco Rodolfo Espinosa asegura que la piratería mide el "éxito del cine".

"Por eso se piratean las películas. Es el éxito del cine. Es la única forma de medirlo", afirmó el cineasta en una entrevista con Efe, en la que reitera que "una película pirateada es exitosa" porque significa que el público la quiere ver, que hay demanda.

Además, continúa, esta es una forma de calcular si la línea que se sigue como creador es la correcta o no.

Rodolfo, conocido como Chofo, dice haber sufrido esta piratería en carne propia y es consciente de que en Guatemala es un problema muy difícil de enfrentar porque no se puede cuestionar o "atacar directamente" al vendedor, ya que detrás hay un laboratorio de reproducción y un distribuidor.

Él lo intentó con sus anteriores producciones que fueron "pirateadas" y por eso mira qué hacer con esta nueva comedia romántica, filmada durante 13 días en Quetzaltenango, la segunda ciudad más importante del país, y en la que además es el protagonista.

La película, de 90 minutos y grabada en blanco y negro, cuenta la vida de Tulio, un joven quetzalteco que tiene una serie de problemas de diferente índole -económicos, personales, amorosos y laborales- que se resolverán los cinco días antes del 1 de noviembre, cuando en Guatemala se elabora y sirve el plato típico del fiambre.

Pero su familia lo sorprende con una visita y se dan cuenta de que convirtió la casa de su abuelo en un hostal donde convive con extranjeros, que está endeudado y que tiene un hijo de 18 años que ni él mismo conocía. Situaciones que determinarán el camino que seguirá su vida.

Chofo asegura que dirigir y protagonizar la película fue para él como "un juego de niños", que no sintió que estuviera filmando ni actuando y que desde la confección del guion sintió al personaje, que es un poco autobiográfico, como todas sus películas.

Director de otras cintas como "Aquí me quedo", "Pol" y "Otros cuatro litros", explica que todas tienen una misma raíz: la forma en la que "salieron y se materializaron", la forma en la que "se volvieron guion".

Todas "surgen de un problema real de mi vida y de gente de mi alrededor. Eso me denota a empezar a escribir una historia que me doy cuenta que conecta con otras personas", proclama risueño, y aboga por el aspecto emocional como la parte fundamental del cine, más incluso que la técnica, para crear "empatía".

Otra de las características que comparten todas sus producciones, a su juicio, es el humor, porque utiliza el cine como un mecanismo para compartir problemas cotidianos con un toque de risa, aunque él mismo reconoce que llegó al mundo de la comedia por "accidente".

De joven, Chofo quería escribir películas de drama, o incluso de ciencia ficción y terror, pero sus primeros pasos en el mundo del cine empezaron con la exageración de los problemas y las crisis de sus propios amigos.

Y ahí se quedó, en un mundo paralelo donde sobrepasa, personal y profesionalmente, sus problemas.

Aunque admite que falta apoyo de las instituciones estatales para el cine, es consciente de que la realidad del país, uno de los más pobres y violentos del mundo, es difícil y hay otros problemas que priorizar, pero aun así dice que "sí se puede vivir del cine".

"Pero hay que encontrarle la forma. Hay muchas formas de hacerlo. Las más efectiva es apostarle a hacer una película desde cero y considerar que ese va a ser tu primer millón. Eso te ayuda a encontrar un camino", proclama, pero insiste en que el cine va más allá de la técnica y lo "principal" es la parte emocional.

Esa que deja huella en una herramienta que para él, como para otros, es su "modus vivendi".

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *