Lisboa, 9 jul (EFE).- Música para todos los gustos a precios asequibles y aderezada con una agradable dosis de sol, es la receta mágica de los principales festivales de verano en Portugal, que atraen a público de todo el mundo y que hoy arrancan con el NOS Alive de Algés, a las afueras de Lisboa.
Es la primera gran cita de un verano en el que el rock de Muse, los himnos de Noel Gallagher y Sting o la intensidad electrónica de The Prodigy o Calvin Harris pisarán los escenarios de Portugal, convertido en parada obligada en los circuitos de festivales de música.
Álvaro Covões, director del NOS Alive -una de las citas musicales más prestigiosas-, explicó a EFE que es la música la que atrae a millares de personas a su certamen, el que "presenta siempre el mejor cartel".
El festival, que comienza hoy, presentará a lo largo de tres días más de 130 espectáculos en seis escenarios diferentes, tratando "todos los escenarios como principales", uno de los atractivos del evento, según su director.
Realizado en el paseo marítimo de Algés, a orillas del río Tajo, el NOS Alive recibe este año algunos de los nombres más sonados de la música moderna como Muse, Mumford & Sons, Sam Smith, Azelia Banks o The Prodigy.
Según Covões, intenta "conseguir a los grupos del momento y a bandas nuevas que están apareciendo" y que creen que van a ser "los grupos del futuro", con nombres como James Bay o Alt-J.
Más allá de la música, el NOS Alive contará además con un escenario dedicado a la comedia y con un programa ligado al arte urbano, cuyo creciente éxito internacional ha llevado a la organización a llevar a siete artistas que trabajarán en directo en varios murales del recinto.
Esta diversidad dota al festival de mayor intimismo, pues con "artistas tan buenos en escenarios tan diferentes", el NOS Alive "permite una proximidad mucho mayor del público con el artista", afirmó Covões.
Con un precio de 110 euros para los tres días y 55 por una sola jornada -cifras inferiores a las de otros festivales europeos-, el evento recibió el año pasado 150.000 espectadores, 15.000 de ellos extranjeros, mayoritariamente españoles e ingleses.
Del 16 a 18 de julio, también cerca de las aguas del Tajo, se celebra el otro certamen luso de referencia, el Super Bock Super Rock.
En su 21 edición, el festival trae a algunos colosos de la música británica como Sting, Noel Gallagher's Flying Birds, Blur o Florence + The Machine, autores de algunos de los himnos más memorables de la historia de la música.
Al lado de ellos estarán otras figuras de la música alternativa como Crystal Fighters, The Vaccines, Bombay Bicycle Club o dEUS.
El Super Bock Super Rock "es un festival para amantes de la música" e intenta combinar a los grandes de la música con nombres emergentes que puedan "estar en los escenarios mayores de aquí a dos o tres años", comentó a EFE Jwana Godinho, responsable de las contrataciones del festival.
Junto a su atractivo cartel, Godinho destacó el precio competitivo del certamen -50 euros la entrada diaria y 95 el pase de tres días- y el hecho de que se realice en el corazón urbano de Lisboa, el Parque de las Naciones.
Se trata de un fuerte reclamo, ya que Lisboa es una ciudad "muy de moda", lo que permite al Super Bock Super Rock "tener lo mejor de la música (...) en una de las ciudades más atractivas" de Europa, añade Godinho.
Tras algunos años de ausencia, el festival regresa a la capital lusa presentando un formato innovador, combinando escenarios interiores y exteriores.
Pero no sólo la capital acoge festivales de verano en Portugal. El hard-rock de Lenny Kravitz, el soul de John Legend y el jazz de Jamie Cullum se subirán al escenario del MEO Marés Vivas, que se celebrará en Vila Nova de Gaia -al norte del país- entre el 16 y el 18 de julio.
En agosto será el turno de la música electrónica, la danza y el hip-hop, que estarán representados en el MEO Sudoeste, en la costera Zambujeira do Mar, al sur de Portugal.
Calvin Harris, Steve Aoki, Lil' Jon y Emeli Sandé son algunos de los nombres que actúan en el festival entre el 5 y el 9 de agosto, una excelente opción en el extenso eclecticismo de los festivales lusos.