Doha, 29 sep (EFE).- Demacrados, exhaustos, incapaces de articular palabra después de más de cuatro horas de esfuerzo, los marchadores más afectados por las condiciones climáticas de la bahía de Doha se dirigen como zombies, arrastrando los pies, incapaces de subir un bordillo sin ayuda, al oasis de la clínica de meta.

En la espaciosa tienda de campaña, un comando de médicos y fisioterapeutas los acogen para, en un proceso que puede durar más de una hora, devolverles su condición de personas normales mediante el restablecimiento de sus constantes fisiológicas a niveles aceptables.

Es la clínica de meta, el hospital de campaña que opera en las carreras de maratón y de marcha de los campeonatos del mundo de Doha.

Los atletas que precisan de sus servicios son inmediatamente clasificados en cinco niveles, explica a EFE el doctor Christophe Ramírez, jefe de los servicios médicos de la Federación Española de Atletismo.

"El más bajo sería el del atleta que llega muy cansado, que sólo necesita sentarse y descansar un poquito. El nivel 2 es un atleta que ya se ha sobreesforzado, que está muy cansado aunque consciente. El 3 sería ya un deportista deshidratado", pormenoriza.

Hasta ahí nada grave. Los problemas empiezan con el nivel 4, "en el que el atleta presenta un golpe de calor o está cerca de tenerlo, y el nivel 5 es un deportista que tiene incluso la consciencia afectada".

"En el caso de los españoles, incluyendo a la maratonista Marta Galimany, hemos tenido a cuatro marchadores y a Marta que pasaron por la clínica, todos en grado 2, algo más que simple cansancio, y uno que ha llegado a un principio de deshidratación suave. Ninguno ha llegado al golpe de calor", recontó el doctor Ramírez.

Cuando un atleta necesita acudir a la clínica de meta, una vez evaluado, pasa esto: "Se le tumba en una camilla. El ambiente de la clínica es fresco, de unos 15 a 18 grados para que vayan perdiendo calor. Según los casos, en la camilla se les coloca en posición horizontal, con los pies más altos o con la cabeza más alta. Hemos tenido de todo".

"A continuación, se les seca, se les controla la temperatura, la tensión, la frecuencia cardíaca, se ve cómo evolucionan y a medida que se van recuperando empiezan a beber líquidos, a moverse y a caminar". Todo en un lapso de media hora o tres cuartos en total, en los casos menos graves.

"Si la situación va un poco más allá", añade Ramírez, "se le hace una minianalítica para comprobar las sales de su organismo y se les pone un suero con lo que les falta, ya sea sodio, potasio o glucosa. Cuando se normalizan los valores el atleta pasa al nivel dos y recibe el tratamiento correspondiente igual que los demás".

Si el atleta se encuentra bajo los efectos de un golpe de calor, "es decir, con la temperatura corporal cerca de 40 grados, además de las precauciones anteriores se le sumerge en agua fría hasta bajarle la temperatura a los 38".

Las condiciones climáticas en que compiten marchadores y maratonistas en la bahía de Doha, fuera del refrigerado estadio Khalifa, han suscitado durísimas críticas en los medios de comunicación de todo el mundo, aun cuando los responsables del operativo médico restan importancia a las incidencias.

El doctor español Juan Manuel Alonso, jefe del operativo médico que trabaja en el circuito, asegura que el porcentaje de atenciones médicas después de los 50 km marcha (hombres y mujeres) del sábado "fue menor que las del viernes en el maratón femenino", pese a que todos, incluso el ganador, el japonés Yusuke Suzuki, estuvieron compitiendo durante más de cuatro horas.

Nunca había ocurrido en un Mundial. El último, el polaco Rafal Sikora, tardó casi cinco horas (4:50.08) en dar las 25 vueltas al circuito de 2 kilómetros. En el caso de las mujeres el tiempo se dispara: la ganadora, la china Rui Liang, invirtió 4h23:26, y la última, la estadounidense Katie Burnett, 5h23:05.

Sin embargo, no hubo incidentes graves en la marcha larga. "Igual que la primera noche en el circuito de Corniche, la mayoría de los casos fueron moderados y se resolvieron en pocas horas", comentó a EFE el doctor Alonso.

El polaco Robert Korzeniowski, el mejor marchador de la historia (cuatro oros olímpicos y tres mundiales), también considera que las condiciones climáticas de Doha "no son tan malas", que hay gran parte de "obsesión" en los atletas y recuerda que "lo de Sevilla (Mundiales 1999) fue peor".

"Por supuesto que Catar no es el lugar ideal para la marcha, para ningún evento de distancias largas, pero los 30 grados y un setenta y pico de humedad son datos equiparables a los de otras grandes competiciones", declaró a EFE mientras presenciaba el sábado la prueba de 50 km marcha en la bahía de Doha.

Las tres jornadas de competición en Corniche (el maratón femenino, los 50 km marcha de hombres y mujeres y los 20 km femeninos, se han saldado sin incidentes médicos graves más allá de alguna deshidratación. Quedan los 20 km masculinos, el viernes, y el maratón masculino el sábado 5 de octubre, penúltimo día de competición. José Antonio Diego

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