Londres, 10 oct (EFE).- Con la más que posible final de la Eurocopa 2028 en Wembley, Inglaterra tendrá que hacer frente a uno de los capítulos más vergonzosos de su historia reciente, la final del pasado torneo continental en 2021 que se saldó con más de 90 arrestos e imágenes sin precedentes.

El 11 de julio de 2021, el templo inglés acogió la final entre Italia e Inglaterra, la primera para los 'Tres Leones' desde que ganaran el Mundial de 1966 en el mismo estadio -antes de que se demoliera-. Y la afición inglesa perdió los estribos. Desde primera hora de la mañana corrió el alcohol y las drogas en la capital y los aficionados se perdieron con ello.

Esto dio pie a imágenes vergonzosas, con gente desnuda por las calles, con fuegos artificiales en sus partes íntimas y con una catársis final en Wembley, que se convirtió prácticamente en un macrobotellón/campo de guerra.
El Olympic Way, la calle que conecta la estación de Wembley Park y el estadio y que habitualmente no es más que un distrito comercial y con residencias para estudiantes, se transformó en un cúmulo de alcohol, cristales rotos y balones volando de lado a lado.
La policía y la seguridad estuvo tan sobrepasada que, a través de las entradas para discapacitados, varias decenas de aficionados irrumpieron sin billete al campo y se agolparon en las gradas.
Fue una imagen que dejó en evidencia la organización del evento y que más tarde tuvo réplicas en las finales de la Champions League en París 2022 y Estambul 2023.
Inglaterra confía en que estos problemas están solucionados y lo han demostrado en los últimos dos años. La seguridad en Wembley cambió y se prohibió el consumo de bebidas alcohólicas en los alrededores del estadio, además de ampliar los cordones policiales y los registros desde la propia salida del metro de Wembley Park.
Estas medidas se pusieron a prueba en la final de la Eurocopa femenina en 2022, entre Inglaterra y Alemania, en la Finalissima en 2022, entre Italia y Argentina, además de en dos finales de la Copa de la Liga inglesa y de la FA Cup. Hasta el momento, no se han repetido imágenes como las de aquel Italia-Inglaterra.
Además, la UEFA tendrá otra buena prueba de fuego el próximo 1 de junio, cuando Wembley albergue la final de la Champions League.