Raleigh.- El salvadoreño abatido por la policía en enero pasado en Raleigh no había consumido alcohol o drogas, reveló el informe de la autopsia publicado el viernes.

El examen forense indica que solamente se encontró “cafeína y nicotina” en la sangre de José Daniel Argueta Turcios, de 43 años.

“No se detectó alcohol, drogas de abuso o medicamentos (examen base)”, se lee en el documento 22-0452, firmado por el médico Craig Nelson.

Esta relevación echa por la borda la hipótesis policial que sostenía que Turcios estaba “intoxicado”. También reafirma la versión de los familiares, quienes aseguraron en diversas ocasiones que el finado estaba desorientado después de recibir un fuerte golpe en la cabeza, tras volcarse la camioneta que manejaba minutos antes de la balacera.

Resumen preliminar

El médico forense señala que Turcios “se vio envuelto en un altercado con agentes del orden público en servicio” y que fue “atacado en múltiples ocasiones con una pistola calibre 9 milímetros”. 

“Se aplicaron medidas de reanimación y fue transportado al Hospital WakeMed. A pesar de los continuos esfuerzos, se produjo su muerte en la sala de emergencias”, señala.

Cabe mencionar que la autopsia se realizó el 18 de enero, una semana después del tiroteo. En ella también hacen referencia que el occiso no padecía de enfermedades naturales significativas.

Los disparos

Otros detalles que reveló el documento fue la cantidad de disparos que recibió el cuerpo del hombre que se resistía al arresto. Turcios recibió cinco impactos de bala en el pecho, torso y muslo derecho. Las heridas de bala fueron la causa de muerte.

Reacciones

La ONG El Pueblo se pronunció al respecto lamentando que la policía de Raleigh haya creado esa idea (de Turcios intoxicado) para marcarlo como una persona peligrosa y justificar el uso excesiva de fuerza.

“En vez de ver a un hombre nervioso y traumado por un accidente automóvil, vieron a un hombre latino y crearon un perfil sobre Daniel basado en estereotipos racistas que los llevo a acabar con una vida de un hombre, un padre y un esposo”, manifestó la institución. 

“Seguimos manteniendo nuestras declaraciones anteriores de que el nivel de intoxicación de una persona nunca debería justificar el asesinato por parte de la policía. Nada lo justifica. “Seguimos pidiendo justicia para Daniel y su familia”, subrayan.

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