Charlotte.- La Junta Directiva de la Coalición Latinoamericana buscará a alguien “bilingüe, bicultural y que conozca de administración de organizaciones no lucrativas”, para reemplazar a la politóloga Jess George, en la dirección ejecutiva de la organización, dijo a Qué Pasa-Mi Gente, una fuente cercana al ente que gobierna a la institución.

“En aproximadamente 15 días la junta dará a conocer la descripción del puesto y solicitará que los interesados sometan sus resumes”, dijo la fuente allegada a la Junta Directiva de la Coalición.

De acuerdo con la fuente, también se requiere que la persona entienda la misión de la organización y su impacto en la comunidad.

George, quien dirigió a la Coalición en el último lustro y trabajó en la organización durante 11 años, renunció para incorporarse al sector privado.

La directora ejecutiva saliente trabajará como gerente de impacto comunitario para el proyecto de la fibra Google en Charlotte, que aspira a interconectar con internet de alta velocidad y televisión por cable a los vecindarios de la ciudad.

“Me retiro de la Coalición el 17 de abril y comienzo en Google el 20”, dijo George a Qué Pasa-Mi Gente el fin de semana previo al anuncio oficial de su separación de la Coalición.

La Junta Directiva de la Coalición designó a Lacey Williams, como directora ejecutiva interina de la organización.

Williams, de 33 años y ascendencia búlgara, ha sido durante cuatro años la directora de abogacía de la Coalición.

Antes de incorporarse a la organización, trabajó para la Coalición de Justicia Social de Charlotte (CCSJ).

Originaria de Florida, Williams estudió historia y religión en la Universidad de Queens.

Williams ha sido la principal impulsora del proyecto de identificaciones municipales para los inmigrantes y ha participado en el grupo que trata de facilitar el asentamiento en la ciudad de los niños centroamericanos que llegaron a la frontera estadounidense, desde Honduras, El Salvador y Guatemala.

La Coalición Latinoamericana de Charlotte  fue fundada el 19 de noviembre de 1990, por el pastor de origen cubano Salvador Negrín.