Charlotte.- Los doctores le dijeron a Cindy Kassebaum que su único riñón le funcionaría solo tres meses más.
La mexicana nacida en Veracruz sobrevivía gracias al órgano donado por su hermana Verónica, tras haber perdido los suyos a consecuencia de una extraña bacteria. Pero los pronósticos no eran para nada alentadores al ser advertida que tendría que volver a recibir diálisis.
Todo comenzó con una bacteria que se alojó en su organismo luego de que no se le suministró bien una serie de antibióticos. Cuando llegó a Estados Unidos, la bacteria reaccionó —para su desgracia— durante su primer embarazo.
Luego de perder sus dos riñones y recibir uno donado por su hermana, la noticia de que podría perder ese último trasplantado, le cayó de súbito.
Cindy parecía estar destinada a volver a las terapias renales luego de este nuevo fallo en su organismo.
Pero como si se tratara de un milagro, una alternativa apareció en el horizonte de la veracruzana radicada en Charlotte, Carolina del Norte, quien recibió una dosis de esperanza justo cuando todo parecía perdido.
“Cuando vi al doctor, yo sufro deficiencia renal, me dijo que tenía tres meses. Mis dos riñones naturales ya habían muerto, pero mi hermana me donó su riñón, y antes de que fallara me dijo que tenía solamente tres meses de vida en ese riñón e iba a regresar a diálisis”, comparte Cindy en entrevista con Qué Pasa.

“Le pregunté si había algo que pudiera hacer, estaba cansada de tanta medicina. Estuve en quimioterapias, perdí todo mi pelo. El doctor me dijo que no había nada que hacer. Pero me negué esa respuesta y empecé a practicar una dieta”.
Y es que desde que comenzó a enfermar, Kassebaum buscó alternativas que pudieran ayudarla en esa lucha por sobrevivir.
Un sinfín de literatura, videos en YouTube, hilos de Twitter y publicaciones de Facebook. Nada parecía tener la respuesta a sus problemas de riñón hasta que una publicación llamó poderosamente su atención.
En ella, leyó sobre los daños que causaba la carne al cuerpo humano y cómo dejándola de consumir, podría mejorar sustancialmente su calidad de vida.
“Fui buscando alternativas de cómo extender la vida de mi trasplante, hasta que llegué a la información. Mucha gente decía que no les pusiera tanta presión a mis riñones, especialmente con las carnes rojas. La gente que está en diálisis sufre demasiado de la presión. Los doctores me decían que en cualquier momento iba a explorar, estando sentada mi presión era altísima”, explica.
Según la National Kidney Foundation, comer más alimentos de origen vegetal, como verduras y granos, en lugar de alimentos de origen animal, como la carne roja, puede ayudar a prevenir y retrasar la progresión de la enfermedad renal crónica, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas.
Cindy no le dio más vueltas y puso manos a la obra.
Comenzó a dejar paulatinamente la carne y con el tiempo, notó que cada vez son más las personas que a través de un cambio de régimen alimenticio, logran mejorar su salud considerablemente.
A nivel mediático, documentales como Cowspiracy (2014), What the Health (2017) o The Game Changers (2018) son ejemplos de esta tendencia mundial que cada vez cobra mayor auge.

De hecho, grandes atletas como los tenistas Venus Williams y Novak Djokovic; Lewis Hamilton, piloto de Fórmula 1, el basquetbolista de NBA Kyrie Irving y la atleta olímpica Morgan Mitchell, han optado por el veganismo para mantenerse saludables, desmitificando la creencia de que la humanidad necesita de productos de origen animal para crecer fuertes y sanos, como se solía pensar.
“Al yo hacer el cambio (de alimentación) duré año y medio más con el trasplante de mi hermana. Haciendo solo el cambio de dieta y estilo de vida, duró año y medio más. Me sentí increíble. Mi dieta es de plantas y me siento fantásticamente”, cuenta emocionada.
La fundación sugiere que con la orientación de un nutricionista dietista registrado (RDN), una dieta basada en plantas cuidadosamente planificada puede ser útil en el contexto de la enfermedad renal, según las necesidades específicas del paciente.
“Ahora estoy en mi segundo trasplante, mi esposo me dio uno, ahora solamente tomo dos medicinas y de ahí en fuera no tomo nada más. Mi caso es raro, por mi cambio de vida no necesito medicinas para la presión que otras personas lo hacen”, añade.
El mayor problema de Cindy, así como de cualquier persona que intenta cambiar su régimen alimenticio, fue que culturalmente la carne está presente en la gran mayoría de la gastronomía mundial.
Hamburguesas, sushi, tacos o los tradicionales cortes de la cocina latinoamericana tienen como base la proteína animal.
“A veces es un poco difícil para que la familia entienda. En mi caso, estaba con problemas de salud. Cuando visité México y les decía que no necesito consumir carne, consumo otras proteínas no entendían. Es un proceso de aprendizaje y de enseñanza para las personas que me rodean y cuestionan la alimentación”, comparte.
La transición al veganismo
La Mayo Clinic Healthy Living sugiera que una manera de hacer la transición a una dieta vegetariana es reducir progresivamente la carne en la dieta mientras se aumenta el consumo de frutas y verduras.
Algunos consejos para poder hacer una transición sin sufrir efectos negativos son:
Transición gradual. Cada semana aumenta la cantidad de comidas sin carne que ya disfrutas, como espaguetis con salsa de tomate o salteados de verduras. Encuentra maneras de incluir verduras, como espinacas, col rizada, acelgas y coles, en sus comidas diarias.
Reemplazos. Toma tus recetas favoritas y pruébalas sin carne. Por ejemplo, prepara chili vegetariano omitiendo la carne molida y agrega una lata extra de frijoles negros. O haz fajitas usando tofu extra firme en lugar de pollo. Te sorprenderá descubrir que muchos platos solo requieren reemplazos simples.
Diversidad. Mira en Internet menús vegetarianos. Compra o pide prestados libros de cocina vegetariana. Visita restaurantes étnicos para probar nuevas recetas vegetarianas. Cuanta más variedad tenga tu dieta vegetariana, más posibilidades tendrás de satisfacer todas tus necesidades nutricionales.
De acuerdo con un estudio del Stockholm International Water Institute, en 2050 la población mundial será de casi 10,000 millones de personas, por lo que la alimentación basada en productos vegetales podría ser la respuesta a la insuficiencia de agua que derivará de este aumento demográfico, pues tan solo para producir un kilogramo de carne se necesitan 15,400 litros de agua, en contraste con los 37 litros se necesitan para 1 kilogramo de brócoli y 7.5 litros para 1 kg de champiñones.
Se calcula que el número de estadounidenses con un régimen basado en comida vegana ha aumentado de un estimado de 290,000 en 2004 a 9.7 millones en 2019, según un estudio de la firma británica de análisis minorista Ipsos Retail Performance.
Y Charlotte, no se queda atrás.
Según un estudio de WalletHub realizado en 2021, la Ciudad Reina es ya una de las mejores 34 ciudades para veganos y vegetarianos en Estados Unidos.
“Los inmigrantes pensamos que, si no comemos carne, tortillas o mi pollo, no me lleno”, dice.
El mayor problema podría ser que, pese a que algunos expertos dicen que renunciar a los productos animales podría ahorrarle a una persona promedio $750 por año, algunos sustitutos de carne especiales pueden ser sumamente costosos.
“Para mí no lo es (caro). Hay ciertos productos que son muy caros. Los sustitutos de carne sí están un poco caros. Yo prefiero comer una ensalada y no es caro. Compras tus vegetales y agregas semillas. Sí y no. La verdad es que la comunidad vegana se divide con la gente que come vegetales y sustitutos de carne, eso sí puede ser caro. También los quesos llegan a ser caros”, dice Cindy, la mexicana que lleva cuatro años y medio siendo vegana.
Encontrar un restaurante vegano en Charlotte es cada vez más común, casi tanto como toparse con uno de raíces latinas. Sin embargo, hallar un restaurante hispano vegano, puede ser una tarea un poco más complicada.
Los hispanos representan más del 10% de la población de la región de Charlotte, que consta de 14 condados, según estimaciones de la Oficina del Censo de Estados Unidos, pero aunque su aumento demográfico ha sido exponencial, su arraigo cultural con la cocina de sus países de origen, hace que el veganismo aún sea visto como un tabú.

Por esa misma razón, Cindy Kassebaum vio en el veganismo una ventana de oportunidad para abrir un negocio de comida mexicana basada en plantas.
Ubicado en Plaza Midwood Charlotte NC, el Deli St. Charlotte abrió sus puertas en medio de la incertidumbre derivada de apostar por lo desconocido.
Ha sido tal el crecimiento de Cindy después de haber adoptado el régimen alimenticio basado en plantas, que con motivo del Día de la Independencia de México, el 15 de septiembre del año pasado, abrió la primera taquería 100% vegana de la Ciudad Reina. La nombró Taco Vegano, Beer and Trago.
“Es un nicho muy pequeño (el veganismo), especialmente en nuestra comunidad. Me di cuenta que aquí en Charlotte nos hacía falta lugares veganos, con sabor latino, pero también producto animal para que la gente que estuvieran como yo, en la transición entre comer carne y ser vegetariano. Si no hay un lugar así, deberíamos animarnos de abrir un lugar así donde pudiera venir, familia, amigos, esposo”, puntualiza.