Charlotte.- A principios de abril, la abogada Jossie Rivera-Cruz logró la aprobación de un caso de asilo para el salvadoreño, Gerson Peña Escobar, en la Corte de Inmigración de Charlotte, un tribunal donde solo se aprueba el 11 por ciento de los casos de este tipo, según estadísticas de la Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración del Departamento de Justicia (EOIR).
El inmigrante podrá solicitar su residencia permanente en un año y permanecer con su familia y a salvo en los Estados Unidos.
Peña Escobar, oriundo de Santa Ana, entró a Estados Unidos, en 2014, cuando tenía 19 años, y estuvo en proceso de deportación, después de haber estado detenido en Texas.
“Este joven viajó durante semanas huyendo del maltrato, las amenazas y hasta un intento de violación en El Salvador”, contó la abogada.
Rivera-Cruz hizo una descripción de la cruda experiencia del muchacho, señalando que vivió años de maltrato verbal y físico por parte de vecinos, compañeros de escuela, policías, maestros, pandilleros y otros miembros de la comunidad por su tener una incapacidad física.
“Sufrió polio cuando era solo un infante y esto provocó que su forma de hablar y de caminar se afectara, además de sufrir de convulsiones”, anotó la jurisconsulta puertorriqueña.
El individuo, se convirtió en una víctima, que de acuerdo con la abogada, fue objeto de burlas e insultos, llegaron a golpearlo, apedrearlo, y no fue respaldado por el sistema escolar local.
“Las autoridades salvadoreñas no tomaron ninguna acción para proteger al joven, por lo que no le quedó otra opción que escapar de la violencia que sufrió por tantos años”, dijo Rivera-Cruz.
Eventualmente, el muchacho se reunificó con su madre en Charlotte.
Pero antes de que el salvadoreño llegara a Estados Unidos en 2014 los padres de Peña Escobar contrataron a un abogado de inmigración.
Para mala suerte del inmigrante y su familia, el abogado fue desaforado, perdió su licencia para ejercer su profesión, y no lo lograban contactar.
Cuando los Peña Escobar fueron a la Corte para un veredicto sobre el caso, el juez de inmigración les explicó que la razón por la cual su abogado no les respondía ni se encontraba en su oficina era porque le habían quitado la licencia para practicar derecho.
La familia buscó, en el verano de 2017, los servicios de los abogados de inmigración de Cano Rivera Law y el joven fue representado en su audiencia final.
“En la sesión se presentó evidencia de lo acontecido en El Salvador y el juez de inmigración falló a favor de su defendido y le concedió asilo”, indicó Rivera-Cruz.
Actualmente el inmigrante está radicado en Carolina del Norte cerca de la frontera con Carolina del Sur.
La abogada reiteró que para la mayoría de los inmigrantes centroamericanos, ganar su caso de asilo es difícil fácil, en especial en las cortes del sur de los Estados Unidos, donde las negativas para los peticionarios son constantes.