Charlotte.- Un empresario de Charlotte fue declarado culpable de vender iPhones robados y otros dispositivos electrónicos en el extranjero.
Así lo dio a conocer este martes 23 de mayo la Oficina del Fiscal del Distrito Oeste de Carolina del Norte.
Según las investigaciones, Rami Mahmod Mhana, de 46 años, era el propietario de dos empresas: Wireless City Fashions, Inc. (Wireless City) y Protocol Business Group Inc. (Protocol), ubicado en 441 Bradford Drive en Charlotte.
También informaron que era dueño de múltiples tiendas de Boost Mobile en el área de Charlotte.
Enviados a Asia
Las pesquisas en torno a Mhana arrojaron que compró miles de iPhones nuevos y de última generación desde mayo de 2017 hasta octubre de 2019
“Muchos de los cuales fueron robados y obtenidos de manera fraudulenta”, explicaron las autoridades en una nota de prensa.
La investigación señala que lo equipos fueron enviado a los Emiratos Árabes Unidos y a Hong Kong.
Ladrones locales
De acuerdo a lo señalado en la nota informativa, Mhana obtuvo una parte significativa de los dispositivos robados y obtenidos de manera fraudulenta de múltiples ladrones locales.
"La tienda de Mhana en Bradford Drive era conocida por los ladrones locales como un lugar donde podían vender dispositivos robados por dinero en efectivo sin hacer preguntas", revelaron.
La evidencia en el juicio estableció además que Mhana proporcionó a sus empleados una lista de precios de cuánto deberían pagar por ciertos modelos nuevos de iPhone y otros dispositivos electrónicos.
Millonarias ganancias
Se supo que Mhana recibió más de $4.5 millones en transferencias internacionales de compradores de los dispositivos en Dubai y Hong Kong.
Tras el veredicto de culpabilidad, Mhana fue puesto en libertad bajo vigilancia electrónica.
En el momento de la sentencia, enfrenta una pena legal máxima de 5 años de prisión y una multa de $250,000 por el cargo de conspiración. Asimismo, enfrenta hasta 10 años de prisión y una multa de $250,000 por cada cargo de transporte internacional de bienes robados.
Finalmante, podría ser sentenciado a un máximo de 20 años de prisión y multa por cada condena por lavado de dinero.