Charlotte.- El dirigente Byron Martínez, de la organización de derechos civiles Unidos We Stand, del condado de Gaston, se viste frecuentemente de traje y corbata para hacer sus constantes viajes de siete horas desde su casa en Carolina del Norte hasta el Centro de Detención de Stewart, en Lumpkin, Georgia.

“Los vi este fin de semana”, cuenta sobre su encuentro con los jóvenes centroamericanos arrestados en Carolina del Norte  que se hallan en ese aislado lugar de Georgia.

Deprimidos
Martínez dice que los encontró un poco deprimidos.

“Son más de tres meses de encierro, eso afecta a cualquiera. La comida no es la mejor y el trato de algunos guardias tampoco”, expresa el activista, que ha acompañado a los padres de los jóvenes y a periodistas hasta Stewart.

“Con el tiempo, la gente encarcelada se desespera”, explica y señala que conversó con algunos para calmarlos.

Avances
Según Martínez, es mucho lo que se ha avanzado.

De los casos de Charlotte,  de los dos salvadoreños señala que Pedro Salmerón tiene pendiente un moción de reapertura del caso, una solicitud de asilo político ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) y la queja de maltrato que sometió ante los encargados de evaluar la conducta de los agentes vinculados a ICE como carceleros.

“Si no me equivoco Yefri (Sorto) tiene una apelación pendiente precisamente ante la Junta de Apelaciones”, dice Martínez.

El capricho
Para el activista, no hay una razón de peso para no liberar  a los jóvenes.

“Se trata de un capricho de los ejecutivos de ICE, de demostrar que no se les puede doblegar, así sea más sensato soltarlos y dejárselos a sus familias”, expresa en tono analítico.

“Creo que se ha tratado de una pulseada, en la que los proinmigrantes ejercen más presión, y se usan los argumentos jurídicos, o la presión de la calle o se hace a través de un político o una política como la congresista Alma Adams, pero al final del día los agentes de ICE responden con una medida, con una amenaza, con un viaje, como al que mandaron a Pedro”, expone.

“Esto es como una prueba de resistencia para ver quién aguanta más”, afirma.

Kimberly Lizeth
De acuerdo con Martínez, el caso de Yefri, arrestado en la parada escolar, o de Wildin, el joven hondureño detenido en Durham cuando se dirigía a la escuela,  es similar al de la hondureña Kimberly Lizeth Pineda Chávez.

Pineda Chávez fue detenida el pasado 27 de enero cuando salía de su  casa hacia la escuela en Atlanta, Georgia.

A la chica la acompañaban su hermana, la cuñada de su madre y su hijo.

El 12 de abril Pineda Chávez tuvo una audiencia con todo el respaldo de la comunidad y el 15 de abril fue liberada.

Pineda Chávez había entrado al país sola, de forma irregular, por la frontera con México.

Fue inspeccionada por las autoridades migratorias, cuando ingresó a Estados Unidos, siendo menor de edad y fue enviada a estar con su familia.

Es el mismo caso de Yefri y de Pedro, siendo arrestada la misma semana que los charlotenses, y también cumpliendo con la marca de tener  más de 18 años el día de su captura.

“Realmente no hay ninguna diferencia”, anota Martínez.

Más presión
Después de haber llegado de Georgia, Martínez se sentó frente a la computadora para preparar una nueva queja contra ICE.

En esta ocasión es para Bilmer Pujoy, el guatemalteco al que los agentes de ICE le rompieron la boca delante de su padre.

“No ha sido fácil, pero los muchachos han contado con el respaldo de toda la comunidad. ¿Tendrían que soltarlos? ¿No?”, dice con esperanza.