Hablar de suicidio “salva vidas”, según experta.

Winston-Salem.- Los jóvenes latinos de Estados Unidos tienen mayor riesgo de pensar en el suicidio, algo que se ha exhacerbado durante la pandemia del COVID-19, indica un informe nacional.

En el último año de pandemia, los jóvenes latinos de entre 18 y 24 años reportaron tasas más altas de pensamientos suicidas, en un 18.6%, que el promedio nacional (10.7%), señala un reporte publicado en julio del 2021 por la Red de Centros de Transferencia de Tecnología de Salud Mental (MHTTC, en inglés). También consideraron seriamente el suicidio en comparación con las poblaciones encuestadas blanca o asiática.

Según el documento, los hispanos informaron de una mayor prevalencia de síntomas de trastorno de ansiedad, trastorno depresivo, trastornos relacionados con traumas y factores de estrés a raíz de la enfermedad de coronavirus. También comenzaron o aumentaron el consumo de sustancias para afrontar las emociones y el estrés.

Sin embargo, si bien la pandemia ha aumentado las tasas de pensamientos suicidas entre los jóvenes latinos, la comunidad siempre ha estado en mayor riesgo, señaló la Dra. Camila Pulgar, consejera de salud mental de Salud Mental Health PLLC, en Winston-Salem.

“Nuestra población tiene factores únicos que están relacionados con la inmigración”, dijo a Qué Pasa la doctora, cuya investigación se basa en el estrés aculturativo, que se refiere a los problemas y desafíos que enfrentan los inmigrantes en el nuevo país.

Los estudios sugieren que los factores de riesgo culturales como el estrés aculturativo, el estrés de las minorías y la discriminación racial y/o étnica se han asociado con riesgos relacionados con el suicidio.

“El hecho de no sentirse parte de una comunidad, el haber dejado tus raíces, tu familia, ya te pone en riesgo” dijo Pulgar. “Pero, no todo el mundo que tiene pensamientos suicidas, va a quitarse la vida”, aclaró.

Hablar de suicidio “salva vidas”

La Dra. Pulgar explicó que las personas que están pensando en suicidarse, o tienen pensamientos suicidas, por lo general hablan del tema, “pero muchas veces no prestamos atención”.

La doctora recomienda hablar abiertamente del suicidio, preguntar a la persona directamente si está pensando en quitarse la vida o en hacerse daño.

“Eso no quiere decir que le estamos dando la idea”, dijo Pulgar. “Al contrario, les ayuda porque eso da pie a tener una conversación, a buscar terapia”.

Los problemas o pérdidas en las relaciones; el uso indebido de sustancias; los problemas de salud física; y el estrés relacionado con el trabajo, el dinero, asuntos legales o la vivienda son factores que contribuyen al riesgo de suicidio, indican los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

“Lo más importante es no ignorar estas conversaciones. Es un tema doloroso y no todo el mundo quiere hablar (de él), pero contra más conversaciones abiertas tengamos, podremos salvar muchas más vidas. Así es la realidad”, dijo Pulgar.

Y lo importante, resaltó la doctora, es que “la persona se sienta escuchada, que tengan un espacio para hablar del tema y que nos apoyemos unos a otros”. Pulgar también recomienda buscar ayuda terapéutica.

Estigmatizado

El suicidio, como la salud mental en general, supone un estigma para la comunidad latina, hasta el punto, apuntó Pulgar, que hablar de quitarse la vida “se convierte en un pecado”.

“Todo el mundo, en algún momento, pasa por tantas cosas, que el trauma, el estrés, la ansiedad, la depresión… nos llevan a pensar que no hay esperanza. Y esto es completamente normal”.

Por eso, insistió la experta, “hacer espacio para mantener esas conversaciones es una forma de romper el estigma”.

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