Greensboro.- Una excepción en la ley estatal que regula elegibilidad de los estudiantes a pagar matrículas a precio reducido o “in state tuition” en los colegios comunitarios, abre una buena oportunidad no sólo para los jóvenes inmigrantes sino también para los negocios.
“Este es un beneficio que se da para el empleador, no a los estudiantes”, explicó Kattya Castellón, directora asociada de Admisiones en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro. “Las empresas pueden tomar ventaja de esta excepción y ayudar a sus empleados a continuar con su educación, de una manera que beneficie a todos”.
De acuerdo con la excepción que figura en los estatutos del estado, siempre y cuando la empresa esté localizada en Carolina del Norte y pague por la educación de su empleado en un colegio comunitario, se le debe cobrar la tarifa de residente o “in-state tuition”.
Actualmente, los indocumentados e incluso quienes tienen el beneficio migratorio de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA) no califican para recibir ayuda financiera y deben pagar matrículas como “no residentes del estado“ a un costo que es hasta tres veces más alto que la el que pagan los residentes legales.
En el colegio comunitario Guilford Tech (GTCC), por ejemplo, un estudiante de tiempo completo que califica como residente paga $864 por semestre, mientras que el desembolso para los no residentes asciende a $3,168.
Sin embargo, bajo la excepción a la norma N.C.G.S § 115D-39(a), en caso de que un negocio patrocine los estudios de su empleado, se debe respetar la tarifa como residente del estado.
“Esto es algo que existía desde antes que comenzara DACA”, lo que recientemente se aclaró es que los estudiantes con Acción Diferida también califican para ser patrocinados”, comentó Castellón. “Es obligatorio, no a discreción de los colegios comunitarios”.
Pero, ¿cómo la excepción a la norma puede beneficiar a los empleadores?
“Es bueno tener empleados bien educados“, dijo al respecto Castellón. “Y para los muchachos, es una buena motivación para seguir en la escuela”.
En efecto. Para los empleadore sque se preocupan por el crecimiento de sus empleados, esto puede significar un medio de conseguir mano de obra leal y de buena calidad.
Uno de los negocios interesados en aprovechar esa oportunidad es Slice’s Pizza en Greensboro.
Su dueño, el inmigrante de origen italiano Tony Fortezza, está buscando a dos o tres jóvenes para comenzar a trabajar en su restaurante este verano y que continúen en el otoño cuando comience el próximo ciclo académico puedan estudiar.
“Quiero apoyar de alguna forma”, dijo Fortezza. “Necesito empleados buenos e inteligentes para ayudar en labores como la cocina, y atención al cliente. Es un trabajo fácil”.
Aunque cada colegio comunitario tiene sus propios requisitos específicos para hacer uso de este beneficio, Castellón señaló que los arreglos de patrocinio deben hacerse cada semestre y no existe ningún límite en cuanto al número de estudiantes por escuela.