Raleigh.- Contrariamente a lo que piensan quienes reclaman políticas antiinmigrantes, los inmigrantes que viven en Carolina del Norte, tanto los documentados como los indocumentados, pagan millones en impuestos y generan miles de empleos  en el estado, según un reporte publicado la semana pasada como parte de una campaña nacional por una reforma migratoria.

El reporte “Las contribuciones de los nuevos americanos en Carolina del Norte” señala que los casi 770,000 inmigrantes que viven en el estado (el 8% de la población total), generaron en 2014 ingresos por $19,300 millones y pagaron $5,100 millones en impuestos, $3,600 millones al fisco federal y $1,500 millones a las arcas estatales y locales.

Los hispanos en particular ganaron ese mismo año $6,400 millones y pagaron impuestos por $1,500 millones ($904.4 millones federales y $547.2 millones estatales y locales); superando las aportaciones de otros grupos de inmigrantes como los que vienen de Asia, Medio Oriente o África.

Los inmigrantes indocumentados, que según el reporte se estima son 338,647 o el 3 por ciento de la población total del estado, aportaron $4,600 millones en ingresos y pagaron $511 millones en impuestos, 201.8 millones en impuestos estatales y 309.2 millones en impuestos estatales y locales.

Además, a través de sus impuestos e ingresos individuales, los inmigrantes indocumentados aportaron en 2014 $83.4 millones al Medicare y $338 millones al Seguro Social.

Los datos contenidos en el reporte son el resultado de una análisis de las estadísticas oficiales disponibles, principalmente de la Encuesta Nacional de Comunidades Americanas de la Oficina del Censo de Estados Unidos de 2014.

Una fuerza laboral clave para el estado
Pero además de las contribuciones a través de los impuestos, según el reporte, los inmigrantes juegan un papel importante para la economía estatal porque representan una fuerza laboral crítica en industrias clave y son más proclives que los residentes nativos a crear negocios y generar empleo.

Los inmigrantes en general representan el 11 por ciento de la población total con empleo en el estado, pese a que en número de habitantes representan sólo el 8 por ciento.
Además, mientras el 62.2% de los inmigrantes estaba trabajando en 2014, sólo el 43.2% de los residentes nativos tenía un empleo, según el reporte.

Eso indica que los inmigrantes son 44 por ciento más proclives a trabajar que los nativos en el estado, debido a que la mayoría de ellos, el 75 por ciento, está en edad laborable, es decir entre 25 a 64 años.

En el caso de los inmigrantes indocumentados, esa tasa llega al 82 por ciento, superando a todos los inmigrantes y a los nativos en edad laboral.

Los inmigrantes en general representan además el 48 por ciento de la fuerza laboral en el sector agrícola, el 43 por ciento en el sector de la construcción.

Los inmigrantes indocumentados, por su parte,  representan el 26 por ciento de la fuerza laboral en el sector agrícola, el 20 por ciento en la construcción y el 14 por ciento en servicios de alojamiento y comida.

Abren negocios y crean empleos
En cuanto a la generación de empleo, el 12 por ciento de los emprendedores en Carolina del Norte son inmigrantes, cuyos negocios generan $972.1 millones en ingresos y dan empleo a unas 120,828 personas en el estado, según el reporte.

Los inmigrantes indocumentados, por su parte, también han logrado superar diversas barreras para abrir sus negocios.

El reporte estima que en 2014 había 21,000 empresarios  indocumentados en el estado, cuyos negocios generaron ese año $365.5 millones de ingresos.

El reporte fue presentado en Raleigh por el Consejo de Iglesias de Carolina del Norte y miembros locales de la coalición nacional Nueva Economía Americana (NAE) que reúne a más de 500 alcaldes demócratas y republicanos, empresarios y líderes de todo el país para promover un cambio en el sistema migratorio como parte de la campaña “Razones para una reforma”.

A la presentación asistió la abogada de inmigración Ann Robertson, quien en sus 24 años de experiencia dijo haber sido testigo de la necesidad de una reforma del sistema migratorio y de la demanda de trabajadores migrantes, especialmente hispanos.

“No es cierto que los inmigrantes estén tomando los trabajos de los ciudadanos estadounidenses. Es solo que los americanos no quieren hacer el buen trabajo, duro y confiable, que  hacen los hispanos”, dijo Robertson.

Robert Orr, ex miembro de la Corte Suprema de Carolina del Norte y ex candidato republicano a gobernador del estado, también respaldó la necesidad de una reforma.

“Creo que la reforma migratoria es un asunto increíblemente importante para nuestro estado y el país. Pienso que el Partido Republicano tiene que hacer un mejor trabajo para hacer las reformas en lugar de simplemente identificar los problemas”, dijo.

“Tenemos leyes anticuadas, desactualizadas para hacer frente a los problemas. Para mi esto es ridículo, creo que podemos encontrar soluciones si trabajamos en eso”, dijo.