(De izquierda a derecha) Araceli de Mejia, Irma Yolanda Perez Morales, Angela Lacayo y Keren Morales sostienen fotos de sus familiares desaparecidos. Foto: Fernando Jiménez.

Winston-Salem.- La última vez que Araceli de Mejía habló con su hijo fue el 14 de septiembre del 2012. de Mejía estaba en El Salvador, su país natal, y Edwin Alexander Colindres Ramírez, en el trayecto hacia Estados Unidos. Desde hace nueve años, la madre salvadoreña está en busca de respuestas a la desaparición de su hijo.

“Edwin se vino (a Estados Unidos) buscando oportunidades con el sueño americano, ya que en El Salvador, desgraciadamente, había mucha delincuencia en ese tiempo y mucha falta de empleo”, explicó de Mejía en entrevista con Qué Pasa. “Vinieron a molestarlo las pandillas y por ese motivo prefirió venirse”. Edwin salió de El Salvador el 5 de septiembre del 2012.

De Mejía no está sola en esta búsqueda. Ella es una de las cuatro mujeres que actualmente viajan con la Caravana de Madres de Personas Migrantes Desaparecidas, representando a cientos de familias de Honduras, El Salvador y Guatemala que han perdido a un ser querido en la ruta migratoria.

La Caravana lleva 17 años realizándose en México y ésta es la primera vez que llega a Estados Unidos. El fin de semana pasado hicieron parada en Carolina del Norte.

“Hace once años que busco a mi hijo”, dijo a Qué Pasa Irma Yolanda Pérez Morales. Su hijo, Gerber Estuardo Gacría Pérez, emprendió camino hacia Estados Unidos “con la esperanza de sacar adelante a la familia. En Guatemala la extorsión es demasiado fuerte. A mi esposo lo mataron por la extorsión”.

La última vez que la madre guatemalteca se comunicó con su hijo fue en 2010 cuando él se encontraba en Veracruz, México. “Desde entonces andamos en su búsqueda, en encontrar una esperanza, ver un rayito de luz en medio de esta oscuridad”. 

Junto a Araceli de Mejía y a Irma Pérez, marchan en caravana las hondureñas Ángela Orfilia Lacayo Alfaro, quien busca a su hijo Jarvin Josué Velázquez Lacayo, y Keren Morales, cuyo hermano Aarón Eleazar Carrasco Turcios también está desaparecido.

Las cuatro mujeres, además, viajan representando a varios comités de familiares de migrantes desaparecidos de sus respectivos países. Los comités, dicen las mujeres, son espacios que les permiten encontrar apoyo y fuerza para seguir adelante.

“Yo lo llamo familia con las otras compañeras porque estamos en el mismo dolor”, dijo de Mejía.

La Manta de la Memoria

Las mujeres han llegado a Estados Unidos acompañadas de una “Manta de la Memoria”, elaborada por muchas de las madres que han perdido a un hijo mientras migraba en busca de un futuro mejor.

“En esta manta se plasma el nombre de cada uno de los hijos y el dolor de cada madre”, explicó de Mejía.

La pieza de tela se exhibirá en eventos a lo largo del viaje por Estados Unidos, como el que se llevó a cabo el sábado en la Iglesia Sin Fronteras, en Winston-Salem.

“La Manta de la Memoria” fue bordada por familiares de personas que han desaparecido en la frontera. Foto: Fernando Jiménez

En ruta

Partiendo de Houston, Texas, y tras parar en Carolina del Norte, la caravana de mujeres recorrerá hasta el 24 de octubre varias ciudades del este del país, entre ellas Nueva York, Boston y Washington DC.

Durante la ruta, las mujeres persiguen tres propósitos: seguir la búsqueda, denunciar la falta de mecanismos existentes para encontrar una respuesta a la desaparición de los migrantes y visibilizar su lucha.

“Muchas veces, (las madres) sienten que nadie está haciendo nada”, dijo Roxana Bendezú, directora ejecutiva de Raíces Migrantes. “Los gobiernos realmente no se están comunicando para tener mecanismos que conduzcan a encontrar a las personas”.

“Queremos visibilizar la lucha y el rol que los Estados Unidos tiene en crear las condiciones que empujan a los migrantes a tener que salir de sus países”, apuntó Bendezú.

“Seguimos adelante”

El dolor que siente una madre al perder un hijo es indescriptible; un sufrimiento que se agrava si se suma a una década de búsqueda incansable, sin obtener respuestas.

“Ha sido bien difícil. Hemos tenido muchos problemas de salud a causa de la pérdida de nuestros hijos. Pero seguimos adelante”, dijo Pérez.

Las mujeres, y portavoces de miles de familias que están pasando por la misma situación, piden a los gobiernos e instituciones ser escuchadas.

“Anhelamos que nos escuchen, que nos puedan entender y ayudar en la búsqueda”, añadió.

Este esfuerzo transnacional está siendo organizado por Raíces Migrantes, Pax Christi USA y el Proyecto Puentes de Esperanza en coordinación con el Movimiento Migrante Mesoamericano y en colaboración con los comités de migrantes desaparecidos de los tres países centroamericanos.

Fernando Jiménez ha colaborado en este artículo.

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Vídeo: Fernando Jiménez.
El Pastor Daniel Sostaita y Alejandra Mejía dan la bienvenida a la Caravana Centroamericana de Madres de Personas Migrantes Desaparecidas en la Iglesia Sin Fronteras, en Winston-Salem. Foto: Fernando Jiménez

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