Raleigh.- En Hope Mills, en el Condado Cumberland, el 21 de febrero, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detenían a Francisco Escobar Orellana de 56 años por residir en el país de manera ilegal.

A millas de ese lugar, en un pequeño pueblo de Honduras, dos familias recibían la noticia que el asesino de sus seres queridos había sido recapturado.

De acuerdo con ICE, Escobar Orellana era buscado en Honduras en virtud de una orden de arresto emitida en mayo de 2015 por presuntamente haber asesinado a dos hombres con un machete en una tienda de licores en 1993.

“El crimen que él cometió fue horrible. Él asesinó a mi padre”, dijo a Qué Pasa Juan Henríquez, hijo de Leoncio Henríquez Bonilla a quien Orellana habría atacado a sangre fría.

La otra víctima fue Matías  Galindo,  amigo de la familia y quien se encontraba con Henríquez al momento del ataque.

El caso se remonta a junio de 1993. Henríquez Bonilla se desempeñaba como gerente de una empresa portuaria en Trujillo, donde Escobar Orellana había sido despedido por disparar a un compañero, según contó Juan Henríquez.

De acuerdo con el hijo de la víctima, Escobar había amenazado a su padre si no tramitaba el pago de sus beneficios. 

El 12 de junio, a  la salida de un bar, Orellana atacó a ambos hombres.

“Cometió el asesinato a machetazos y mi papá quedó prácticamente mutilado. Fue un crimen horrendo”.

Tras los asesinatos, Escobar Orellana fue arrestado y trasladado a un centro penitenciario de donde escapó hacia los Estados Unidos

“El alcalde de la prisión era su primo hermano y lo dejaba salir los viernes a las 5 de la tarde para que regresara los lunes a las 8 de la mañana”.

Tras su captura en Carolina del Norte, el hondureño fue encerrado en la cárcel del condado Wake en Raleigh, donde permanece bajo custodia mientras ICE ejecuta una orden de detención para deportarlo a Honduras, donde debe responder a los cargos criminales en su contra.

La detención de Escobar Orellana fue ejecutada por agentes del Equipo de Operaciones de Fugitivos de ICE durante un operativo en busca de objetivos específicos, según indicó la agencia federal en un comunicado.

Para Juan Henríquez, la detención de Escobar Orellana por parte de ICE sella uno de los capítulos más trágicos para su familia, pero al mismo tiempo revive el temor, que una vez sea deportado, Escobar busque venganza.

“Esta es una noticia que nos pone alegres porque creo que va a terminar nuestro episodio y espero que la justicia de Honduras realmente se encargue de él. Pero también sentimos mucho miedo que pueda salir libre y hacernos daño”, dijo Henríquez.

En la foto
Francisco Escobar Orellana  fue detenido por ICE en Hope Mills en el condado Cumberland.