Podríamos pensar que el noviazgo es una linda etapa de la vida, especialmente si pensamos en el noviazgo durante la adolescencia. El primer amor, la ilusión, el descubrimiento del amor, deberían ser las marcas de los noviazgos en esa etapa. Sin embargo, lamentablemente, muchas adolescentes padecen violencia de género durante sus primeras relaciones.
¿Debemos alarmarnos? Sí, debemos.
Informa el Gobierno de México que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 3 de cada 10 adolescentes denuncian que sufren violencia en el noviazgo. Así mismo, la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo (ENVIN) revela que, en México, 76% de las adolescentes entre 15 y 17 años ha sufrido violencia psicológica, 17% violencia sexual y 15% violencia física.
Tristes datos que hablan de una realidad que no podemos ignorar.
Estas experiencias dejan heridas profundas que seguramente condicionarán la vida de esas personas, dejando en ellas amargura, miedos, dolor, sometimiento y frustración.
Hablamos de violencia de género en el noviazgo cuando el maltrato se produce en una relación desigual entre varones y mujeres, donde el varón pretende ejercer poder y control sobre la mujer.
Para ejercer ese control puede desplegar diversas formas de violencia.
Tipos de violencia
Física: cualquier conducta que cause algún daño físico.
Sexual: cualquier forma de abuso y de actos sexuales no consensuados.
Verbal: uso de palabras para amenazar, culpar, minimizar, insultar, humillar, degradar, etc.
Psicológica: cualquier acción que genere daño psicológico, como generar miedo, intimidar, aislar, culpar, humillar, amenazar, criticar constantemente, despreciar, minimizar los sentimientos de tu pareja, burlas, celos desmesurados, control, etc.
Económica: cualquier manipulación a través del dinero.
¿Cómo comienza la violencia en el noviazgo?
Por lo general, la violencia comienza de a poco. En el inicio del noviazgo no se suelen percibir los signos de violencia. Incluso la relación puede parecer bastante buena. El novio puede ser muy atento y mostrarse amable y cordial.
Sin embargo, con el tiempo empiezan a aparecer señales. Es posible que poco a poco aleje a la víctima de sus amigas y familia. También puede empezar a haber conductas posesivas y de celos, que pueden ser interpretadas como actos de amor.
Como el proceso es gradual, se vuelve complicado para la víctima percibir que se encuentra en una relación violenta. Por otro lado, este tipo de relaciones no son violentas todo el tiempo. Y en general, a las situaciones de violencia le sigue una etapa de “luna de miel”. El agresor se disculpa, prometer que nunca más sucederá, se muestra cariñoso, etc.
Este ciclo de la violencia hace que la víctima se desoriente y se le vuelva difícil reconocer lo que le está pasando.
Los celos y la violencia
La posesión y los celos enfermizos suelen desencadenar situaciones de violencia.
Por un lado, tenemos todas las conductas que buscan controlar la vida de la pareja, desde controlar el celular hasta controlar el modo de vestirse o con quien habla. Todas estas formas de abuso sobre la libertad del otro forman parte de la violencia psicológica.
Según el informe “Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres”, realizado por la organización Oxfam en América Latina y el Caribe:
- El 80% de los y las jóvenes afirma que sus amigos varones revisan el celular de sus parejas.
- 6 de cada 10 hombres de 15 a 19 años en América Latina piensan que celar es una demostración de amor.
- El 84% de las mujeres de entre 15 y 19 años piensa que revisar el celular de la pareja no es violencia.
- El 59% de los hombres de 20-25 años cree que no es violencia decirle a la pareja qué ropa debe usar.
Por otro lado, los celos también generan todas las formas de violencia física que ocurren durante el estallido y que pueden llevar a la muerte de la víctima.
Señales de alerta
Es importante estar atento a la aparición de signos que pueden indicar que se está viviendo un noviazgo violento. Algunas de ellas son:
Faltas de respeto: burlas, ridiculización, humillaciones, etc.
Control: quiere controlar tu ropa, tu peinado, con qué personas pasas el tiempo, qué haces, etc.
Carácter: tiene enojos frecuentes y estallidos.
Miedo: sientes miedo de hacer algo que pueda enojarlo.
Aislamiento: te aísla de tus seres queridos.
Celos y posesividad: tiene celos y desconfianza de todo.
La violencia en el noviazgo no es algo menor
Si tú o alguien que conoces sufre violencia de género busca ayuda.