Vivir es emocionarse. Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a estímulos externos o internos. Por ejemplo un objeto, una persona, un lugar, un suceso, un recuerdo, una idea, pueden causar una emoción.

Se suele decir que las emociones son agitaciones del ánimo producidas por situaciones, ideas, recuerdos, deseos, personas, etc.

Las emociones tienen una gran importancia y utilidad en nuestras vidas. Ayudan a responder a lo que nos sucede y a tomar decisiones y facilitan las relaciones con los demás.

Las emociones nos orientan. Nos permiten reconocer el peligro, y nos dan indicadores útiles respecto a lo que pasa. Vivimos en un mundo de emociones, y son nuestras emociones las que construyen nuestro mundo.

Existen 6 categorías básicas de emociones.

  • MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
  • SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto.
  • AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
  • IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
  • ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
  • TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.

Las emociones básicas tienen diferentes funciones:

  • MIEDO: Señal de peligro. Nos prepara para la defensa o para huir.
  • SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a lo nuevo. Permite reconocer que algo no esperado está ocurriendo.
  • AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante. Indica que algo no está bien.
  • IRA: Ayuda a poner límites a nosotros mismos y a los demás.
  • ALEGRÍA: Nos induce a compartir, a vincularnos con los demás, a expandirnos.
  • TRISTEZA: Ayuda a aceptar una pérdida. Es una emoción introspectiva.
  • No hay emociones buenas ni malas. Todas cumplen un papel adaptativo y necesario en nuestras vidas.
  • Las emociones son necesarias. Si reprimimos nuestras emociones o las escondemos a la larga nos estamos generando un malestar físico y psíquico mayor.

Expresar las emociones
Expresar las emociones es parte fundamental de nuestras vidas y de nuestras relaciones. Las dificultades para identificar las emociones y expresarlas correctamente pueden crearnos problemas y un alto grado de malestar.

Muchas veces confundimos lo que estamos sintiendo. Por ejemplo creemos que estamos enojados, pero en realidad estamos tristes. O creemos que estamos alegres cuando en realidad estamos sorprendidos.

Las emociones y sentimientos son una importante fuente de información: nos guían, nos ayudan a dar sentido a lo que nos sucede, a entendernos a nosotros mismos y a relacionarnos con los demás. Nos motivan para alcanzar metas, producir cambios, evitar situaciones dañinas o perseguir aquello que nos hace felices.

Saber reconocer y expresar las emociones es fundamental para la comunicación humana y para el desarrollo de los vínculos con los demás.

Cuando la persona no identifica ni expresa las emociones:

  • No es capaz de transmitir a los demás cómo lo ha afectado su conducta, lo que siente por ellos o lo que está sintiendo en un momento dado. Esto ocasiona problemas en la relación con el otro.
  • Tiene estallidos emocionales en cualquier momento.
  • Se irrita o se siente mal por cosas que no tienen importancia. Reacciona de forma exagerada desconcertando al otro.
  • No siente nada, incluso si ha pasado algo que debería hacerle sentir una emoción negativa intensa.
  • Siente una especie de bloqueo emocional generalizado.
  • No es capaz de sentir intimidad o conexión emocional con los demás.
  • Las emociones pueden expresarse con palabras, con gestos, con actos, con un dibujo. Todas las formas de expresión son importantes.

Aprender a comunicar las emociones
No es lo mismo expresar el enfado gritando y amenazando que expresarlo hablando de un modo algo severo pero con calma y una intensidad apropiada. Si cree que al expresar una determinada emoción no va a poder controlarse:
1. ensayar primero estando a solas
2. buscar un modo alternativo de expresarla. Por ejemplo, expresarlo por escrito.
No es lo mismo comunicar lo que se siente que descargarse con el otro. Hay que hacer un esfuerzo y aprender a comunicar lo que uno siente sin descargar la ira o cualquier otro tipo de emoción de manera descontrolada sobre el otro.

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