El trabajo de un padre nunca termina, suelen decir los que saben del tema. Y es cierto. Sea cual sea la edad de los hijos siempre el padre es y será un referente y un modelo. Un modelo que a veces los hijos querrán imitar y otras intentarán ser lo más distintos posible.  Para bien o para mal el padre deja una marca imborrable en la vida psíquica de las personas. Por su forma de ser, por su modo de ejercer la paternidad, por su presencia o por su ausencia el padre es fundamental para el desarrollo psicológico de las personas.

¿Pero cómo ser un buen padre?
Algunos especialistas se encargaron de hacer un listado con recomendaciones que pueden orientar en esta difícil tarea.
1. Dedíqueles tiempo. Por supuesto que la presencia en las tareas y situaciones cotidianas es fundamental. Pero acá no hablamos sólo de cantidad de tiempo sino, especialmente,  de la calidad del tiempo que comparten. Se trata de encontrar momentos exclusivos en los que compartan alguna actividad, juego, charla o lo que sea. Un tiempo en el que realmente disfruten estar juntos.

2. Demuestre su cariño. Lamentablemente muchos hombres se criaron en una cultura donde no era costumbre que el papá demostrara afecto o que participara en la crianza de los hijos. Y debido a eso a veces les cuesta expresar sus sentimientos. Para los niños sentir el afecto y la aceptación del padre es fundamental para desarrollar una buena autoestima y seguridad en sí mismos.

3.  Acompañe a sus hijos en los momentos importantes. Organice su tiempo modo que pueda estar presente en el primer día de clases de su hijo, en el primer recital de ballet, o en cualquier oportunidad que para el niño sea importante. Sus hijos recordarán estos momentos por el resto de sus vidas y su presencia hará que el vínculo se fortalezca.

4. Desarrolle una buena comunicación. La comunicación es la base de la confianza.  Hable con sus hijos diariamente para estar al tanto de lo que les preocupa, lo que harán durante esa semana y lo que proyectan. Los niños y adolescentes necesitan sentirse escuchados. Aprender a escucharlos con respeto es la forma de establecer una comunicación sana que se mantendrá a lo largo de los años.

5. No pierda el control. Gritar no es la solución a ningún problema. Si bien es necesario poner límites y educar a los hijos, no es a través de los gritos y de malos modos que esto se consigue. Si grita y pierde el control, sólo conseguirá que sus hijos le tengan miedo. Y nada bueno se consigue a través del terror.

6. No sea violento. Jamás use la violencia en su hogar, ni hacia sus hijos ni hacia su mujer, ni hacia ningún miembro de la familia. La violencia causa un daño irreparable.

Sin importar lo enfadado que esté, NO DEBE JAMÁS golpear, lastimar o sujetar fuertemente a sus hijos ni a ningún miembro de la familia. Cualquier forma de violencia los dañará física y emocionalmente.

Recuerde que cuando hablamos de violencia incluimos:

  • Violencia física: golpear, empujar, causar cualquier tipo de daño físico.
  • Violencia verbal: gritar, insultar, descalificar.
  • Violencia psicológica: humillar, someter, aterrorizar, manipular.
  • Violencia sexual: cualquier forma de abuso sexual.

7. Exprese su orgullo: Hágale saber a sus hijos lo orgulloso que está de ellos.  Resalte sus destrezas y virtudes. Ellos necesitan su aprecio y aliento. De esta manera sus hijos crecerán fuertes y seguros de sí mismos.

8. Enseñe con el ejemplo. Los niños son grandes imitadores. Van a copiar sus acciones y su forma de vivir. Por eso, la mejor forma de educarlos es a través del ejemplo. No haga nada que usted no quiera que repitan sus hijos. Si quiere enseñarles a sus hijos a no mentir lo primero que tiene que hacer es dejar de mentir. Es inútil enseñar algo con las palabras si luego se contradice con los hechos. Si no quiere que sus hijos fumen o beban, entonces tampoco debe hacerlo usted. Si quiere que sus hijos sean amables, entonces así debe comportarse usted con las demás personas. Si quiere que sus hijos tengan buen carácter, tenga usted mismo buen carácter en su hogar.

9. Trate a la madre de tus hijos con respeto. No importa si están juntos, separados, enojados o en conflicto. Lo importante es no perder el respeto.

Tratar a la madre de sus hijos con respeto significa:

  • Compartir el cuidado de los hijos y los quehaceres de la casa.
  • Mostrar su apoyo aunque estén peleados.
  • No denigrarla ni insultarla ni menospreciarla.
  • No poner en duda su autoridad.
  • No burlarse.  

10. No los sobreproteja. Es necesario aprender a cuidarlos sin sobreprotegerlos. Poco a poco los niños tienen que aumentar su autonomía y su independencia. Un buen padre tiene que poder acompañar ese proceso sin descuidarlos.
 

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