¿Te ha pasado que piensas que algo va a pasar y efectivamente ocurre? ¿Te despertaste un día sintiendo que todo te iba a salir mal y así fue? ¿Podemos adivinar lo que nos va a pasar? ¿Es posible que lo que pensamos influya en nuestro destino?
En psicología existe un concepto llamado “profecía autocumplida” que explica estos hechos.
¿Qué es la profecía autocumplida?
Básicamente se trata de un fenómeno psicológico en el cual las expectativas que tenemos sobre algún suceso se convierten en realidad. Es decir, es cuando creemos que algo va a salir de determinada manera y efectivamente así sale.
¿Es magia? ¿Es videncia? ¿Es un super poder que nos permite saber el futuro?
Pues no. Para la psicología este fenómeno tiene otra explicación.
Nos dice la psicología que al tener determinada creencia sobre lo que va a pasar, empezamos a comportarnos de determinada manera y, finalmente, debido a nuestra actitud, terminamos provocando aquello suponíamos.
No es que adivinamos lo que va a ocurrir, sino que causamos lo que va a ocurrir
Veamos un ejemplo: Si un estudiante tiene que rendir un examen difícil y cree que es incapaz de rendirlo bien, es muy probable que se sienta sin ganas de estudiar. “Para qué me voy a esforzar si ya sé que me va a ir mal”, podría ser su pensamiento. Así, su concentración disminuye, se vuelve inseguro, se desvaloriza, no tiene entusiasmo por el estudio, no estudia lo suficiente y finalmente llega al examen en malas condiciones. Con lo cual, es altamente probable que lo desapruebe.
Entonces el estudiante de nuestro ejemplo, ¿adivinó lo que iba a pasar o causó lo que iba a pasar?
En psicología nos inclinamos por la segunda opción.
De este modo, para la psicología, nuestras expectativas y nuestras creencias determinan nuestra conducta. Y, claro está, esto influye en nuestra actitud y en nuestro comportamiento causando aquello que pensamos que iba a pasar.
Sin embargo, no siempre somos conscientes de esas creencias que nos determinan. Muchas veces no nos damos cuenta de que detrás de lo que nos pasa puede haber una idea que nos afecta.
Así, por ejemplo, si detrás de nuestros esfuerzos hay una idea de que no nos merecemos que nos vaya bien, es posible que esa idea nos haga actuar de manera menos firme cuando encaramos nuestros objetivos.
La profecía autocumplida puede ser positiva o negativa. Obviamente, las que nos complican la vida son las negativas. Para comprenderlo mejor veremos algunos ejemplos.
Algunos ejemplos de profecías autocumplidas negativas
- Crees que te va a ir mal un examen porque el profesor es muy exigente y tú no eres lo suficientemente capaz. Por esa creencia te desalientas y no estudias lo suficiente. Al final, desapruebas el examen y confirmas tu creencia.
- Piensas que tu pareja te va a dejar. Por miedo a que lo haga actúas de forma celosa, insistente y posesiva. Al final, tu pareja se cansa de tu comportamiento y te deja. Se cumple así, tu idea inicial.
- Supones que no tienes talento para hacer lo que te gusta y entonces nunca te ejercitas, pues piensas que no vale la pena. Al final, nunca mejoras tu habilidad y no consigues destacarte en eso que tanto te gusta.
- Esperas que tu jefe te critique y te diga que haces las cosas mal. Esa posibilidad te pone nervioso en el trabajo. Al final, ese nerviosismo te hace estar distraído y cometer errores. Tu jefe te llama la atención y tu “profecía” se cumple.
- Piensas que eres incapaz de hacer una dieta para bajar de peso. Estos pensamientos hacen que no consigas disciplinarte con la comida, haces la dieta, pero con muchos “permitidos”. Pasan los días y no notas cambios en la balanza, confirmas así tu idea de que tu no puedes bajar de peso.
Cómo evitar la profecía autocumplida
Para evitar caer en las profecías autocumplidas negativas, es importante ser consciente de las propias creencias y expectativas, cuestionar su validez y adoptar una actitud más flexible y optimista ante los desafíos.
Aquí hay algunos consejos para evitar la profecía autocumplida negativa:
- Reconoce tus pensamientos y creencias limitantes. A menudo, pensamos que no somos capaces de hacer algo, que no tenemos suficiente talento, que no merecemos el éxito. Estas afirmaciones hacen que nos autosaboteemos y que confirmemos nuestras expectativas negativas.
- Cuestiona tus pensamientos negativos. Cuando te encuentres con un pensamiento negativo, pregúntate: ¿Qué pruebas tengo de que esto es cierto? Trata de discernir entre la realidad y tu interpretación de la realidad.
- Cambia tu forma de hablarte. En lugar de usar palabras como "no puedo", "nunca", "no soy capaz”, etc., intenta usar expresiones más constructivas y flexibles, como "puedo intentarlo", "me gustaría", etc. Este cambio te ayudará reducir el estrés que te generas.
- Establece metas realistas. Una forma de romper el ciclo de la profecía autocumplida negativa es fijarse objetivos alcanzables. De esta manera, podrás motivarte y celebrar tus logros. Además, al lograr tus metas, podrás aumentar tu confianza y te ayudará a tener una visión más positiva de ti mismo y de tu futuro.