¿Qué es la depresión navideña?
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La depresión navideña un estado de malestar psicológico que se siente ante la llegada de las fiestas de fin de año. 

Para muchas personas esta época del año se convierte en una tragedia. Así, todos los festejos de fin de año se ven ensombrecidos por un estado de malestar psíquico que estropea hasta el mínimo disfrute. Contrariamente a lo que la sociedad espera, es decir, que festejemos con alegría y entusiasmo, para algunos esta época es de enorme tristeza y desasosiego. 

Las personas con este problema se sienten apabulladas por todo el espíritu navideño y sus exigencias. Preparar la casa, las compras, los regalos, el arbolito, la comida, las complejidades familiares, y todo lo vinculado con estos festejos se vuelve una obligación inabordable. 

Para estas personas estas fiestas en vez de causar alegría y entusiasmo causan estrés, exigencia, tristeza, desesperación y desgano.

Sin embargo, la depresión navideña no se considera un trastorno psicológico como tal, sino que se trata de un estado de ánimo negativo, apesadumbrado y desganado que dura unas dos o tres semanas. 

En general, el entorno social y familiar espera que nuestro ánimo y nuestras acciones brillen al igual que las luces navideñas del arbolito. Pero no siempre es posible. Y, no cumplir con las expectativas, aumenta aún más el malestar que siente la persona.

Este malestar navideño suele ir acompañado por estados de melancolía, cambios de humor repentinos, ansiedad, irritabilidad y desgano.

La Navidad es una época del año muy compleja.  Por un lado, es sinónimo de celebración, familia, alegría, esperanza y amor, y, por otro, trae una serie de factores estresantes que arruinan el ánimo de muchas personas.

Algunos de los factores estresantes de la Navidad son: 

La compra de los regalos: la compra de los regalos de Navidad puede ser una fuente de preocupación y estrés. La obligación de no olvidarse de nadie, o de encontrar un regalo para cada uno, acorde al presupuesto con el que se cuenta, es, sin duda, una fuente de estrés.  No se trata ya de la alegría de regalar algo a un ser querido sino de la obligación cultural de comprar esos regalos en tiempo y forma. 

Las obligaciones sociales: en esta época del año suelen haber muchos eventos sociales con los que se debe cumplir. Muchas personas se sienten exigidas por las demandas de celebración de sus conocidos, o por las demandas laborales. Todas estas situaciones sociales, como las comidas y cenas familiares, pueden generar tensión y estrés emocional.

El presupuesto de fin de año: también la economía familiar se ve afectada por todos los gastos extra que hay que encarar para cumplir con las fiestas. Los ornamentos para el hogar, las comidas, las salidas, los regalos, los gastos en indumentaria y los viajes para ver a la familia son un esfuerzo económico que puede generar disgusto y malestar.

Las ausencias: a todo esto, se le suma un estado de melancolía por los seres queridos que no están con nosotros. Además, existe una melancolía vinculada al recuerdo de Navidades pasadas, al paso del tiempo que se vuelve nítido en esta época y a los recuerdos de nuestra infancia y de los festejos que acostumbrábamos a hacer en aquel tiempo. Esta situación puede generar un estado de estrés emocional. 

Síntomas de la depresión navideña

Como dijimos, la depresión navideña es un estado de ánimo negativo causado por la cercanía de las fiestas. A diferencia de la depresión estacional la depresión navideña desaparece cuando termina la época de las fiestas. O sea, es un malestar directamente relacionado con las fiestas de Navidad y de Fin de año.

Los síntomas más frecuentes de esta depresión son:

  • Cansancio, apatía y desgano
  • Pérdida de interés o aversión por todo lo relacionado con la Navidad.
  • Estado de ánimo depresivo durante la mayor parte del día. 
  • El estado de ánimo empeora y se vuelve amargo al entrar en contacto con cualquier cosa relacionada con la Navidad.
  • Ponerse de mal humor al ver decoración navideña.
  • Estado de irritabilidad extrema. 
  • Pensamientos negativos respecto a todo lo relacionado con las fiestas.
  • Aislamiento.  Poco interés por estar en compañía de otras personas.
  • Mal humor frente a las obligaciones relacionadas con las fiestas. 

¿Qué hacer? 

Si las fiestas de fin de año lo deprimen, lo irritan, o lo ponen de muy mal humor, lo principal es tratar de ubicar la causa del estrés. Tratar de ver qué es lo que le causa angustia o tristeza de las fiestas. ¿Está relacionado a su situación actual? ¿O se trata de una melancolía por el pasado? 

Luego, tratar de no sobre exigirse. Hacer lo que se puede y no más. Distribuir el tiempo y los recursos de una manera que le sea grata.

Y, por último, tratar de conectar con los motivos de alegría y celebración que puede tener en su vida. 

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