Adolescente
La adolescencia es un período crucial para el desarrollo del bienestar mental. Credit: Archivo

La adolescencia es un período de alta vulnerabilidad psíquica y emocional. Esto se debe a que el adolescente se encuentra en transición entre la infancia y la juventud. Este largo proceso de transformación abarca unos 10 años aproximadamente.

Según Unicef, la adolescencia es el lapso de tiempo que ocurre  entre los 10 y los 19 años. Sin embargo, desde el punto de vista de las neurociencias, se sostiene que la maduración cerebral se logra recién a los 25 años aproximadamente.

Se suelen distinguir tres etapas dentro de la adolescencia:

1. La adolescencia temprana: abarca desde los 10 años hasta los 14 años. En esta etapa empiezan los cambios corporales y hormonales vinculados al desarrollo sexual. Estos cambios incluyen el crecimiento de vello, el desarrollo de los senos, la primera menstruación, el cambio de voz, etc.  También los huesos del cuerpo comienzan a crecer de forma rápida y de manera desigual, lo que suele provocar cierta torpeza en los movimientos.

Hay también enormes cambios psicológicos que muchas veces confunden a los padres. Los hijos que inician esta etapa ya no son los niños que disfrutaban de jugar cerca de sus padres. Algo está pasando. Los preadolescentes empiezan a cambiar el carácter, los gustos, la forma de hablar, y también, en la búsqueda de su autonomía, comienzan a enfrentarse a sus padres.

2. La adolescencia media: va desde  los 14 a los 17 años aproximadamente. Los cambios físicos continúan. Aparece más fuertemente el interés en las relaciones románticas y sexuales. Suelen surgir enfrentamientos fuertes con los padres porque los jóvenes quieren más independencia. Suele ser la edad de la rebeldía. Se da un mayor acercamiento al grupo de pares y buscarán experimentar con su imagen tratando de identificarse con algún grupo de pertenencia.

3. La adolescencia tardía: va desde los 18 años hasta los 24. Se separan  más de su familia, tanto física como emocionalmente. Las relaciones románticas se vuelven más estables. Se centran en el futuro y toman sus decisiones según sus propios valores.

Durante todo este proceso, el psiquismo cambia y madura hasta llegar a la adultez. En esta etapa la función de los padres es central para orientar el crecimiento y advertir todas las situaciones que podrían amenazar el bienestar psíquico del adolescente.

La salud mental en la adolescencia

La adolescencia es un período crucial para el desarrollo del bienestar mental. Como dijimos, durante la adolescencia tanto el cuerpo como el psiquismo están en un proceso de transformación. Este proceso hace que el adolescente sea más frágil.

De este modo, puede entenderse la adolescencia como un camino que  lleva de la infancia a la adultez. Pero ese camino está plagado de peligros. Los adolescentes buscan desafiar y conocer los límites, y en ese intento se ven expuestos a situaciones de riesgo. El consumo problemático de drogas, exponerse a situaciones de violencia, tener sexo no cuidado, los problemas con la imagen y el cambio corporal, son algunas de ellas.

Los especialistas afirman que la depresión, la ansiedad, las adicciones y los trastornos alimentarios  son los principales problemas que acechan a los adolescentes. Por otro lado, algunos datos indican que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.

Encontrar el modo de acompañar a sus hijos durante este lapso es un gran desafío para los padres. 

¿Cómo acompañar la adolescencia de los hijos?

Las crisis adolescentes suelen ser muy difíciles de abordar para los padres. Lo aconsejable es tratar de mantener la mayor cercanía posible. ¿Cómo? Manteniendo siempre una comunicación abierta y sin prejuicios.

Es fundamental que su hijo adolescente no tenga temor de hablar con usted. Hágale saber que puede confiar en usted, y que puede comunicarle los temas que lo preocupan. Para eso es necesario que usted tenga una actitud abierta, y predispuesta a encontrar solución a los problemas que pueden estar teniendo su hijo.

No olvide que a pesar de la actitud rebelde o arisca que pueda tener su hijo, aún lo necesita. El adolescente debe empezar a diferenciarse de sus padres y por eso muchas veces se muestra agresivo, o se va al otro extremo.

Sólo una actitud madura y comprensiva hacia sus hijos adolescentes le permitirá acompañarlo y superar los embates de este período.

Señales de alerta a las que deben estar atentos los padres:

• Dormir excesivamente. Puede indicar depresión o abuso de sustancias.

• Dificultad para dormir, insomnio y otros trastornos del sueño

• Pérdida de autoestima

• Pérdida de interés en sus actividades favoritas

• Dificultades en el colegio.

• Pérdida de peso y problemas con la alimentación. Puede indicar un trastorno alimentario.

• Cambios bruscos de personalidad.

• Agresividad, violencia y exceso de enojo.

• Preocupación obsesiva por la imagen física

• Aislamiento excesivo

• Abandono de amigos y grupos sociales

• Ataques de llanto repentinos o mal humor extremo

• Expresiones de desesperanza o inutilidad

• Desgano extremo

• Conductas de riesgo hacia sí mismo o hacia otros

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