El sentimiento de soledad es una realidad que afecta a muchas personas en el mundo actual. Por muchos motivos, en la sociedad actual ha aumentado el sentimiento de aislamiento y la angustia por la soledad.
La soledad se define como la percepción subjetiva de carecer de relaciones adecuadas, lo que genera malestar psicológico y físico.
De este modo, el sentimiento de soledad tiene consecuencias negativas para la salud de las personas que la sufren, tanto a nivel psicológico como físico. Entre los efectos psicológicos se encuentran el aislamiento, el abatimiento, la ansiedad, la depresión o el deterioro cognitivo. Entre los efectos físicos se encuentran el aumento del riesgo de mortalidad, el debilitamiento del sistema inmunológico, el empeoramiento de enfermedades crónicas o el aumento del consumo de alcohol y tabaco.
Sin duda, el sentimiento de soledad es algo que todos experimentamos en algún momento de nuestra vida. A veces, nos sentimos solos porque nos falta alguien que nos acompañe, nos apoye o nos comprenda. Otras veces, nos sentimos solos porque tenemos dificultades para relacionarnos con los demás.
Sea cual sea la causa, la soledad puede afectar a nuestro estado de ánimo, nuestra autoestima y nuestra salud.
Es sabido que la soledad es un sentimiento que puede afectar a cualquier persona en algún momento de su vida. Todos podemos atravesar por un momento en el que nos sentimos solos. Se trata de una sensación de vacío, de falta de conexión con los demás, de aislamiento y de tristeza.
Así mismo, la soledad puede tener diversas causas, como la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, una mudanza, un cambio de trabajo o de escuela, o simplemente la dificultad para establecer relaciones sociales satisfactorias.
Hay que aclarar que sentirse solo no es lo mismo que estar solo. Estar solo es una situación objetiva que se refiere a la falta de compañía. El sentimiento de soledad, en cambio, es una sensación subjetiva que se refiere a la insatisfacción que sentimos por la falta de intimidad emocional con los demás. Es decir, podemos estar solos y no sentirnos solos. A su vez, podemos estar rodeados de personas y sentirnos solos.
Los seres humanos somos seres sociales. Eso significa que necesitamos lazos con los demás y con nuestra comunidad. Para desarrollarnos satisfactoriamente necesitamos formar parte de redes que nos sostengan.
Ya el filósofo Aristóteles escribió en Siglo IV antes de Cristo afirmó que "El hombre es un ser social por naturaleza" para significar que necesitamos de otros para vivir y para sobrevivir.
Algunas estrategias que pueden ayudar a superar la soledad son las siguientes
- Reconocer y aceptar el sentimiento de soledad. No hay que negarlo ni avergonzarse de él, sino entender que es una emoción normal y que se puede cambiar.
- Identificar las causas de la soledad. Es clave conocer los pensamientos que la alimentan, por ejemplo: "nadie me quiere", "no soy digno de amor", "no tengo nada que ofrecer", etc. Estos pensamientos suelen ser irracionales y distorsionan la realidad, por lo que hay que cuestionarlos y sustituirlos por otros más positivos y realistas.
- Buscar apoyo social. Si uno se siente solo no hay que aislarse ni rechazar el contacto con los demás. Todo lo contrario, hay que intentar mantener o recuperar el vínculo con las personas que nos importan, como familiares, amigos, compañeros de trabajo o de estudio, vecinos, etc.
- Ampliar nuestro círculo social. Se puede ampliar el círculo social participando en actividades grupales que nos interesen, como cursos, talleres, voluntariados, deportes, etc. Estas actividades nos permiten conocer gente nueva con la que compartir aficiones e intereses comunes, y así generar nuevas amistades.
- Cuidar de uno mismo. La soledad puede afectar a nuestra autoestima y a nuestro bienestar físico y emocional. Por eso es fundamental cuidarnos haciendo cosas que nos gusten y nos hagan sentir bien. Por ejemplo: practicar alguna afición, leer un libro, ver una película, escuchar música, meditar, hacer ejercicio físico, comer sano, dormir bien, etc.
- Buscar ayuda profesional. Si la soledad se vuelve persistente y nos impide llevar una vida normal y feliz, puede ser conveniente consultar con un profesional que nos pueda ayudar.
Lo importante
La soledad es un desafío que se puede superar con voluntad, paciencia y apoyo. No hay que resignarse ni perder la esperanza, sino recordar que siempre hay personas dispuestas a escucharnos y a acompañarnos en nuestro camino.