Cuidar a los niños

Abril es el mes de la Prevención del Abuso Infantil.

Es este un mes especial para tomar conciencia, informarse y estar atentos para ayudar a prevenir cualquier forma de abuso y de maltrato hacia los niños.

Son muchos los niños y las niñas que sufren abuso. Muchos más de los que imaginamos.

La mayoría de los abusos son perpetrados dentro de la familia, o por algún adulto cercano que se ha ganado la confianza y el cariño del niño.

Muchos de estos abusos nunca salen a la luz. Numerosas personas viven con el secreto y el peso de haber sido abusadas en la infancia.

Esta realidad nos indigna, nos enoja, nos entristece, y nos interpela. Es necesario hablar, expresar, estar atentos y no cerrar los ojos ni ser cómplices de ninguna situación de abuso.

En muchos casos los niños y niñas no saben cómo defenderse. El abusador los confunde, los amenaza, los obliga. No se animan a hablar ni a denunciar lo que les está ocurriendo. Muchos niños se sienten culpables y eso los abruma aún más.

Es necesario y fundamental que los adultos estén atentos y puedan ayudarlos a salir de esta situación desesperante. No pueden solos. Necesitan adultos sensibles, atentos y responsables, que puedan darse cuenta de lo que está ocurriendo.

Señales de alerta

La clínica Mayo explica que frecuentemente el niño tiene miedo de decirles a otros acerca del maltrato que está sufriendo, especialmente si el perpetrador es uno de los padres, un familiar cercano o un amigo de la familia. Por ese motivo es importante prestar atención a las señales de alerta.

Algunas de estas señales son

  • Apartamiento de las amistades o las actividades habituales.
  • Lenguaje, juegos o dibujos con un contenido sexual que no corresponde a su edad.
  • Alteraciones en la alimentación. Negarse a comer o comer demasiado.
  • Cambios de conducta, como agresividad, ira, hostilidad o hiperactividad.
  • Cambios en la higiene.
  • Problemas o dolor en zonas de su cuerpo.
  • Depresión, ansiedad o miedos inusuales, o pérdida repentina de la confianza en sí mismo.
  • Problemas para dormir y pesadillas.
  • Problemas en la escuela.
  • Comportamiento rebelde o desafiante.
  • Autolesiones o intentos de suicidio.
  • Estado de alerta permanente.

El abuso sexual infantil puede incluir contacto sexual, pero también actividades sin contacto como el exhibicionismo, la exposición de niños o niñas a material pornográfico, grooming y otros modos de abuso.

Por otro lado, el maltrato hacia la infancia abarca una variedad de conductas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el maltrato infantil como "todas las formas de maltrato físico y emocional, abuso sexual, trato negligente o explotación comercial que resulta en un daño real o potencial a la salud, supervivencia, desarrollo o dignidad del niño".

Datos y cifras de la Organización Mundial de la Salud

  • Casi 3 de cada 4 niños de entre 2 y 4 años (unos 300 millones) sufren con regularidad castigos corporales o violencia psicológica de la mano de padres o cuidadores.
  • Una de cada 5 mujeres y uno de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales cuando tenían entre 0 y 17 años.
  • 120 millones de niñas y mujeres jóvenes, de menos de 20 años, han sufrido alguna forma de relación sexual forzada.
  • El maltrato infantil engendra, entre otras cosas, problemas de salud física y mental que duran de por vida, sin olvidar que sus consecuencias sociales y laborales pueden, a la larga, ralentizar el desarrollo económico y social de un país.
  • Con frecuencia el maltrato infantil queda oculto. Solo una parte de los niños que son víctima de malos tratos recibe en algún momento el apoyo de profesionales de la salud.
  • Un niño que haya sufrido abusos tiene mayor probabilidad de abusar de otros cuando llega a la edad adulta, de tal modo que la violencia se transmite de una generación a otra. Por ello es crucial interrumpir este ciclo de violencia y, al hacerlo, generar efectos positivos que abarcan varias generaciones.
  • Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que dé comienzo, para lo cual hay que abordarlo desde planteamientos multisectoriales.
  • El hecho de prestar una atención continua a los niños y las familias puede reducir el riesgo de que los malos tratos se repitan y paliar en lo posible sus consecuencias.

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