Se portan mal. Desobedecen. Hacen todo lo que se les dice que no hagan. Gritan permanentemente. Rompen cosas. No aceptan la autoridad de los padres. Se encaprichan para que les compren cosas, aún cuando los padres les explican que no pueden. No aceptan un no como respuesta. No respetan los horarios de dormir. Estos son los niños sin límites.

ClaudiaAlemanMuchos padres se desesperan, no saben cómo manejarlos. Se sienten desbordados por la conducta del niño y no encuentran la forma de ponerles límites.
En general, la mala conducta es una forma que tienen los niños de comunicarles algo a los padres.
La falta de límites es vivida por los niños como falta de amor, como desinterés por lo que les ocurre. Los niños necesitan saber que los padres están allí para guiarlos y cuidarlos. La falta de límites y de reglas claras, hacen que el niño se sienta inseguro y busque con su mala conducta encontrar el límite.
Los límites son necesarios porque dan seguridad y protección. Es importante que los límites sean equilibrados, no se debe permitir ni prohibir todo. Hay que poder establecer lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer.
Poner límites es una cuestión de autoridad que no debe confundirse con autoritarismo ni con retos, castigos y penitencias. Cuando se impone un límite con exceso de severidad más que ayudar al niño, se lo restringe en sus posibilidades.
Es necesario que las normas sean claras, si se las cambia a cada rato, los chicos se desorientan. Es importante que ambos padres estén de acuerdo con las reglas que el niño debe respetar.
Los límites son sinónimo de amor y contención y siempre deben estar pensados y establecidos en función del bienestar del niño.
Todos los niños necesitan límites. No se puede educar a un niño dejándole hacer lo que le da la gana. Un niño debe tener claro hasta dónde puede llegar, qué es lo que se espera de él y qué es lo que no puede hacer.

¿Qué son los límites?

Los límites son el conjunto de reglas y normas que los padres consideran que le niño debe respetar. Estas normas deben estar pensadas y decididas en función de las necesidades y del bienestar de los niños y no en función de la comodidad de los padres.
Es importante que a través de estas reglas el niño aprenda a orientarse y a manejarse en la vida. Las normas facilitan la vida, generan hábitos, orden y le brindan al niño seguridad psicológica.
Se trata de establecer un sistema de normas adecuadas a la edad del niño, que le permitan funcionar y desarrollarse con seguridad.
Los límites no deben ser arbitrarios, sino que deben ser pensados y explicados al niño.
No son sinónimo de castigo o de poder, sino de comprensión y protección. A través de los límites y normas los padres protegen y educan a sus hijos.

¿Como poner límites?

1)    Los límites se deben poner desde la primera infancia. Los niños necesitan reglas claras. Es bueno que haya  horarios para ir a dormir, horarios para jugar, para ver televisión, para comer, normas de higiene, normas de conducta. Esto le dará seguridad y empezará a comprender lo que puede hacer y lo que no.
2)    Los límites deben ser sencillos y claros.
3)     Los límites deben ser adecuados para su edad. Deben ir adecuándose a la etapa evolutiva del niño.
4)    Los límites deben concretos porque así los niños lo entenderán mejor.
5)    Los límites deben ser explicados para que el niño los entienda.  
6)    Los padres deben dar ejemplo. No podemos decirle que no se debe mentir si nosotros mismos mentimos. Se debe enseñar con hechos no con palabras.
7)    Para que los niños entiendan y aprendan a decidir hay que darle opciones limitadas. Por ejemplo: no es aconsejable preguntarle “¿qué quieres comer?”, sino “¿quieres banana o manzana?”.
8)    El niño debe ir aprendiendo a respetar las normas. Es un proceso lento. Hay que tener paciencia y saber que fallará muchas veces. Aprenderá más rápido si se valora y elogia cada pequeño logro que realice.
9)    Antes de expresarle el límite usted debe tenerlo claro.
10)    Hay que distinguir qué límites son inamovibles y cuáles no. Existen normas básicas que no pueden ser objeto de revisión o de diálogo. Otras, en cambio, pueden cambiar si las circunstancias lo requieren.
11)    Los límites siempre deben ser puestos con amor y cariño.

Aprender a educar

Los niños necesitan ser educados. Tienen que aprender una infinidad de cosas. Es necesario que los padres dirijan este proceso de aprendizaje con amor y paciencia. Aprender a respetar los límites forma parte del crecimiento. No se trata de someter a los niños a los caprichos de los padres, todo lo contrario. Se trata de que a través de las normas y los límites los niños incorporen reglas de convivencia, de tolerancia y de respeto al otro. Para eso es muy importante el diálogo y la comunicación.

1)    Escúchelos con atención.
2)    No subestime sus problemas aunque a usted le parezcan tonterías.
3)    Pase tiempo para ellos.
4)    Reconozca sus logros. Es mejor valorar lo bueno que hace su hijo, que estar sólo atento a lo malo.
5)    Exprese sus emociones y deje que él exprese las suyas.
6)    Reconozca que usted también puede equivocarse y dígaselo.
7)    Demuéstrele siempre su cariño.
8)    Los niños que se sienten queridos crecen con seguridad y confianza y tendrán más posibilidades de  tener éxito en la vida.

Frase de la semana
“Educar a los hombres no es como llenar un vaso, es como encender un fuego.”
Aristofanes

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